Algo no cuadra con Superman (2025). A pesar de su éxito en taquilla dentro de Estados Unidos, fuera del país las cifras no acompañan del todo. ¿Se está desinflando el nuevo DCU antes de despegar del todo? ¿O hay razones más profundas detrás del bajón internacional?
James Gunn, director de la película y arquitecto del nuevo universo cinematográfico de DC, lo tiene claro. Y lo ha explicado sin rodeos en una entrevista que ya está dando que hablar. Porque sí, hay datos objetivos que indican que el personaje no genera el mismo entusiasmo fuera de Estados Unidos y hay factores culturales que podrían estar influyendo más de lo que parece.
Un Superman fuerte en casa, pero con dificultades fuera
La película lleva recaudados 406,8 millones de dólares en todo el mundo, pero con una diferencia clara entre sus dos principales mercados:
- 236 millones vienen de Estados Unidos y Canadá
- 171 millones del resto del planeta
Aunque Superman (2025) ha liderado la taquilla global en su segundo fin de semana con 102,45 millones (57,3 doméstico + 45,2 internacional), hay algo evidente: el entusiasmo fuera de América del Norte es menor. No tanto por rechazo, sino por una falta de conexión con el personaje.
Superman (2025)
Y Gunn lo sabe.
Las palabras de James Gunn: honestidad brutal y sin excusas
En una entrevista con Rolling Stone, el director explicó así esta
diferencia de rendimiento:
«Definitivamente estamos funcionando mejor a nivel nacional que internacional, pero el mercado internacional también está subiendo y tiene muy buenos números entre semana, igual que aquí. Así que, obviamente, el boca a boca es muy positivo tanto aquí como en todas partes. Y eso era lo que más necesitábamos hacer».
«Al mismo tiempo, hay ciertos países en los que está funcionando realmente bien. Brasil y Reino Unido, por ejemplo».
Hasta ahí todo suena razonable. Pero la clave viene justo después, cuando Gunn se sincera sobre algo que muchos han evitado decir durante años.
«Superman no es una figura conocida en algunos lugares. No es un superhéroe grande o reconocido como sí lo es Batman. Eso influye. Y también influye que ahora mismo hay cierto sentimiento antiestadounidense en el mundo. No nos está ayudando precisamente».
«Así que creo que simplemente se trata de dejar que algo crezca. Pero insisto, para nosotros todo ha sido un éxito total. Tener una película que ha sido aceptada por la gente en todas partes, esto es solo la semilla del árbol que Peter y yo hemos estado regando durante los últimos tres años. Poder empezar así de bien ha sido increíblemente abrumador». Dijo a RS.
Una declaración valiente, sobre todo viniendo de un director que está apostando por lo emocional y lo humano como pilares del nuevo Superman.
¿Es culpa del personaje o del momento?
Lo cierto es que Superman, como figura, nunca ha sido tan popular internacionalmente como Batman o Spider-Man. Su imagen, tan ligada al sueño americano y al patriotismo clásico, no siempre conecta con culturas que ven ese ideal con escepticismo.
El propio traje, los colores, su historia de inmigrante adoptado por una familia estadounidense… todo está envuelto en un aura que en países como Alemania, Francia, Japón o Corea del Sur no despierta la misma identificación emocional que en Norteamérica.
Y en un momento donde la percepción de Estados Unidos en el exterior es compleja y contradictoria, ese simbolismo tiene un peso mayor de lo que parece. Gunn lo ha dicho sin adornos: hay “cierto sentimiento antiestadounidense” que puede estar afectando al rendimiento.
Superman (2025)
¿Está fracasando Superman? En absoluto.
Aunque algunos titulares insinúan una decepción en taquilla, lo cierto es que los números siguen siendo sólidos. Los analistas calculan que la película cerrará su recorrido comercial entre 640 y 700 millones de dólares, una cifra saludable para un reinicio sin apoyo de personajes previos.
Además, Superman (2025) ha sido elogiada por su enfoque más cálido, su humanidad y su tono optimista, muy distinto a las versiones anteriores del personaje. Lejos de las dudas que generó el Snyderverse, esta nueva etapa apuesta por lo emocional y lo luminoso.
La sinopsis oficial lo resume así:
«Con su estilo característico, James Gunn aborda al superhéroe original en el renovado universo DC con una mezcla única de acción épica, humor y corazón, presentando a un Superman impulsado por la compasión y una creencia innata en la bondad de la humanidad».
El futuro del DCU depende de la siembra
James Gunn lo ve claro: esto es solo el comienzo. Y aunque las cifras internacionales no sean espectaculares, la base emocional que está construyendo puede dar frutos a medio y largo plazo. La aceptación del público estadounidense da una señal clara: hay hambre de un nuevo Superman. Solo falta tiempo para que ese símbolo cruce fronteras.
Además, la estrategia del estudio ha sido la de sembrar poco a poco. Superman no llega acompañado de cameos masivos ni universos entrelazados: es una película pensada para presentarse sola, y así permitir que el nuevo DCU crezca con naturalidad. Y eso, para muchos espectadores internacionales, puede requerir más tiempo y familiaridad con el nuevo tono y estilo.
¿Está el mundo preparado para un Superman más emocional, más luminoso y menos militarizado?
Gunn está apostando por ello, y lo hace con una convicción que se nota tanto en la dirección como en el mensaje: Superman no es solo un héroe, es una idea que necesita tiempo para florecer fuera de sus fronteras.
Mientras tanto, el cine lo sigue celebrando. Y eso, para un personaje que lo ha visto todo, ya es una victoria.
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