Una noticia inesperada ha sacudido a Hollywood en pleno 4 de julio. Julian McMahon (1968-2025), el actor que dio vida al mítico Doctor Doom en la primera adaptación moderna de los Cuatro Fantásticos, ha fallecido a los 56 años tras una dura batalla contra el cáncer.
Su muerte, que ha sido confirmada por su esposa Kelly McMahon, se ha producido en Clearwater, Florida. Y ha dejado un enorme vacío en la industria.
Una despedida inesperada a Julian McMahon a las puertas de una nueva era para Marvel
Mientras medio mundo espera el estreno de Los Cuatro Fantásticos: Primeros Pasos, con Robert Downey Jr. como el nuevo Doom del UCM, la sombra del pasado regresa para recordarnos que hubo un tiempo en que todo esto comenzaba. Que antes de las multitudes, los crossovers y los récords de taquilla, hubo una versión menos calculada… pero igual de icónica.
Julian McMahon fue el primer Doctor Doom en la gran pantalla, en las películas de 2005 y 2007 dirigidas por Tim Story. Y aunque aquellos filmes nunca convencieron del todo a la crítica, su interpretación como Victor Von Doom se convirtió en uno de los pilares del Marvel pre-UCM. Su carisma, su elegancia y su forma de morder cada línea con cinismo hicieron de él un villano que todavía hoy muchos recuerdan con cariño.
«Julian McMahon amaba la vida. Amaba su trabajo. Y amaba a quienes lo seguían».
Con estas palabras, su esposa Kelly ha compartido la triste noticia con el medio Deadline. En su emotivo comunicado, ha pedido respeto e intimidad para poder atravesar el duelo, pero también ha querido que el mundo sepa que Julian McMahon se fue en paz. Que hasta el final mantuvo su espíritu optimista y su deseo de hacer felices a los demás.
«Su deseo más profundo era llevar alegría a tantas vidas como fuera posible», escribió. «Y queremos que aquellos a los que Julian hizo sonreír, sigan encontrando motivos para hacerlo».
Julian McMahon (Cordonpress)
Su carrera, como su vida, fue todo menos convencional. De modelo internacional a estrella de la televisión de culto.
Julian McMahon nació en Sídney en 1968, hijo de Sir William McMahon, quien fuera primer ministro de Australia, y de Lady Sonia McMahon. Criado entre la élite política y cultural, Julian parecía destinado a seguir una carrera tradicional. Estudió Derecho y Economía en dos universidades distintas, pero rápidamente supo que lo suyo no estaba en los despachos.
Fue en el mundo de la moda donde comenzó a brillar. Pasarelas en Milán, Nueva York y París, su rostro comenzó a ser conocido mucho antes de que pronunciara su primera frase ante una cámara. Pero cuando lo hizo, Hollywood tomó nota.
Tras algunos papeles en telenovelas australianas, dio el salto a la televisión americana con series como Another World y Profiler. Pero el gran salto llegaría con dos personajes que marcarían una generación de espectadores.
Cole Turner, Christian Troy… y un nombre que marcó la televisión
Julian McMahon se hizo mundialmente famoso gracias a su papel como Cole Turner en Embrujadas (Charmed), donde interpretó a un fiscal mitad demonio, mitad humano, enamorado de Phoebe Halliwell. Fue uno de los villanos (y luego antihéroes) más recordados de la serie, y su historia trágica aún resuena entre sus seguidores.
Pero fue en Nip/Tuck donde alcanzó la cima. Su personaje, el narcisista y atormentado Dr. Christian Troy, le valió una nominación al Globo de Oro y el respeto de la crítica. En un momento en que las series comenzaban a reinventarse, Julian McMahon se adelantó a su tiempo interpretando a un cirujano plástico que era mucho más que un rostro bonito.
Con esa mezcla de arrogancia, vulnerabilidad y magnetismo, McMahon se convirtió en una figura imprescindible para el nuevo Hollywood televisivo.
Julian McMahon
Un villano con alma en Marvel… y más allá
En 2005, Julian McMahon se enfrentó a uno de sus mayores retos: encarnar al gran enemigo de los Cuatro Fantásticos en una película que no terminaba de decidir su tono. Él mismo lo reconocía con humor en sus últimas entrevistas:
«¿Era una película infantil? ¿De familia? ¿Más cómica o más dramática? Estábamos tratando de encontrar todo eso mientras rodábamos».
A pesar del caos detrás de las cámaras, su Doom dejó huella. Y, en cierto modo, abrió la puerta a que Marvel creyera en la posibilidad de que sus personajes funcionaran en cine. Años después, volvería al universo Marvel con el personaje de Jonah en Runaways, esta vez como un villano más oscuro, menos caricaturesco, pero igual de intenso.
Este año, poco antes de morir, Julian McMahon fue preguntado sobre la elección de Robert Downey Jr. como nuevo Doom. Su respuesta fue elegante y generosa:
«¿Qué puedo decir? Es Robert. Su trabajo habla por sí solo. Es uno de los grandes creativos de los últimos años. Mezclado con la tecnología que tenemos hoy para hacer películas… creo que va a ser algo extraordinario».
Una vida plena, aunque breve
Más allá de los focos, Julian McMahon llevó una vida discreta. Estuvo casado con Dannii Minogue (hermana de Kylie) y con la actriz Brooke Burns, con quien tuvo una hija, Madison Elizabeth, en el año 2000. En sus últimos años, repartió su tiempo entre papeles puntuales y proyectos más personales, como la película The Surfer junto a Nicolas Cage o The Supremes at Earl’s All-You-Can-Eat.
Nunca dejó de actuar. Nunca dejó de amar su profesión. Y nunca dejó de buscar nuevas formas de conectar con el público.
Un adiós que duele… pero que también ilumina
Hollywood pierde a un intérprete sólido, versátil, y muy por encima del reconocimiento que muchas veces recibió. En un mundo de fuegos artificiales y egos desmedidos, Julian McMahon fue, sencillamente, un actor. De los buenos. De los que nunca fallaban.
Su legado permanece en cada episodio de Nip/Tuck, en cada giro de Embrujadas, en cada mirada de Doom… y en cada persona que, al verlo, se quedó un poco más pegada a la pantalla.
Descansa en paz, Julian.




