James Gunn no quiere otro Marvel. Y eso es exactamente lo que necesita el DCU que está apunto de estrenar su gran película: Superman.
Después de años intentando replicar sin éxito la fórmula del Universo Cinematográfico de Marvel, Warner Bros. por fin ha dado con alguien que no solo entiende a los personajes de DC, sino que también tiene una idea clara de cómo contarlos. Y esa idea incluye dragones, galaxias lejanas y familias que se odian en silencio durante generaciones. Literalmente.
Nada de copiar a Marvel para el DCU
El director de Guardianes de la Galaxia lo ha dicho sin rodeos: el DCU no será una copia del MCU. No habrá otra Nueva York llena de superhéroes que se cruzan en los pasillos del Starbucks. Gunn quiere otra cosa. Algo más grande, más denso y, sí, más ambicioso.
Según ha contado en una entrevista con Omelete, sus dos grandes referencias para construir el nuevo Universo DC son Juego de Tronos y Star Wars. Así de claro.
«Juego de Tronos, no solo el programa sino los libros, es lo que estamos usando como referencia para la DCU. No es el MCU. El MCU es una especie de mundo. Tiene Nueva York, tiene esta ciudad o esa ciudad, con superhéroes en el medio. El DCU es un universo diferente. Ligeramente diferente, ligeramente transformado».
Continuó: «Al mismo tiempo, también me inspiro mucho en Star Wars, Juego de Tronos y otras cosas que cuentan diferentes historias dentro de la misma continuidad. No se trata de contar una sola historia».
Y por si quedaban dudas, también ha dejado claro que el arranque de la película Superman incluirá un texto al estilo Star Wars. Un «opening crawl» clásico, que dejará claro que estamos entrando en otra galaxia… o al menos, en otra forma de ver a los superhéroes.
¿Qué significa eso exactamente?
La referencia a Juego de Tronos no es solo estética. No significa que vayamos a ver a Superman peleando por un trono de hierro ni a Batman lanzando fuego valyrio. Tiene más que ver con la forma de construir la narrativa.
Juego de Tronos no seguía una historia central. Seguía muchas. Unas en Invernalia, otras en Desembarco del Rey, otras más allá del Mar Angosto. A veces se cruzaban, a veces no. Y aún así, todo encajaba. Era un universo vivo, lleno de tramas que avanzaban en paralelo.
logo de Juego de Tronos
Eso es lo que Gunn quiere para el DCU.
Cada película o serie contará su propia historia, con su tono, su estética, su conflicto… pero todas formarán parte de un mismo mundo compartido. Como si cada entrega fuese una «colección» de cómic independiente, que en algún momento puede (o no) cruzarse con otra.
El cine de superhéroes necesitaba esto
Durante años, Marvel ha funcionado como una maquinaria perfecta. Pero también ha sido una jaula. Todos los personajes debían estar conectados, todas las historias debían mirar hacia el gran evento crossover. Si no, parecía que no contaban.
Con Gunn, el DCU quiere romper esa dinámica. Volver a la idea de que un superhéroe puede tener su propia historia sin necesidad de guiños cada diez minutos. Y, si algún día se cruzan con otro… que sea porque tiene sentido, no porque toca vender otra película.
Es justo lo que pasaba en los cómics. Una serie de Wonder Woman podía estar cien números sin ver a Superman. Y cuando se encontraban, ese momento valía oro.
La clave está en el tono
La diferencia entre Marvel y DC no es solo de personajes. Es de filosofía narrativa.
Mientras que Marvel apuesta por héroes humanos, con problemas cotidianos (hipotecas, relaciones, ansiedad…), DC siempre ha jugado en otra liga. Sus personajes son casi dioses mitológicos, símbolos de esperanza, justicia o redención. No están hechos para parecerse a nosotros, sino para inspirarnos a ser mejores.
Gunn lo ha entendido. Por eso dice que el DCU será más «épico», más «fantástico», más grande en escala y significado. No es casualidad que sus dos referencias principales (Star Wars y Juego de Tronos) sean universos con profecías, legados familiares, guerras eternas y personajes marcados por el destino.
Superman será el primero
Todo esto comenzará con Superman, que se estrena el 11 de julio de 2025. Una fecha marcada en rojo para todos los que esperan ver cómo arranca esta nueva etapa del universo DC.
Superman (2025)
Y aunque la película será el pistoletazo de salida, no será una presentación al uso, sino una historia que ya se siente parte de algo más grande.
El protagonista, interpretado por David Corenswet, no será un principiante. Ya lleva tiempo como Superman. Ya conoce el mundo. Y según las pistas dadas, ya hay una historia más grande latiendo por detrás, aunque aún no la veamos del todo.
Un universo que se cocina a fuego lento
Si Marvel construyó su universo como un castillo de piezas Lego, Gunn parece más interesado en hacer una catedral gótica: lenta, compleja y con muchos pasillos por explorar.
No esperes que todo encaje desde la primera película. La gracia estará en ver cómo cada historia encuentra su lugar. Algunas se cruzarán en el futuro. Otras nunca lo harán. Pero todas formarán parte de una gran mitología moderna.
Igual que Juego de Tronos tardó temporadas en unir caminos. Igual que Star Wars creció de una película a toda una galaxia de historias.
No es Marvel, y eso es una buena noticia
James Gunn tiene claro que el DCU debe tener identidad propia. Y eso pasa por dejar atrás las fórmulas. Apostar por lo narrativo, por lo emocional, por lo simbólico. Y, sobre todo, por construir un universo donde cada historia importa por sí misma, y no solo por lo que conecta con la siguiente.
El futuro de DC no es una copia de lo que ya funciona. Es una apuesta arriesgada. Pero también es la mejor forma de devolverle a estos personajes la grandeza que siempre han tenido en las viñetas.
¿Será suficiente? El 11 de julio de 2025 lo sabremos. Y todo empieza con un texto flotando en el espacio.




