Capitán América: Brave New World ya está disponible en Disney+, y es la oportunidad perfecta para revisitar uno de los estrenos más esperados (y también más frustrantes) del Universo Cinematográfico de Marvel en 2025. Porque sí, la película tiene momentos potentes, un reparto solvente y un par de escenas que intentan emocionar… pero también arrastra un problema que empieza a ser demasiado habitual: Marvel ya no sabe qué hacer con sus villanos.
Y eso, cuando intentas redefinir al Capitán América con un nuevo rostro, un nuevo conflicto y un nuevo legado, es un error que se paga caro.
Samuel Sterns: ¿dónde está el Líder que nos prometieron?
Uno de los grandes reclamos de Capitán América: Brave New World era el regreso de Tim Blake Nelson como Samuel Sterns, alias el Líder. Un personaje cuya historia quedó en pausa desde El increíble Hulk (2008) y que, al fin, iba a recibir su merecido protagonismo como antagonista principal. En los cómics, Sterns es una mente brillante corrompida por la ambición. Un cerebro fuera de control. Una amenaza silenciosa pero letal.
Pero lo que vemos en pantalla es otra cosa. Su historia está llena de potencial: lleva 16 años encerrado tras una traición política, fue utilizado, engañado y dejado de lado por Thaddeus Ross (ahora interpretado por Harrison Ford). Su rabia es legítima. Su deseo de venganza, entendible. Su camino hacia el extremismo, casi trágico.
Y aun así, la película apenas le dedica tiempo real. Su conflicto es tratado como una subtrama. Sus motivaciones se mencionan… pero nunca se sienten. Es un villano con historia, sí, pero sin alma.
Marvel y sus villanos de usar y tirar
MODOK en Marvel
Esto no es nuevo. Desde que Thanos “se esfumó” en Endgame, el UCM parece haber perdido el norte con sus antagonistas. Y no es por falta de ideas, sino por una narrativa que los usa como excusa en lugar de integrarlos como motor emocional.
Pasó con MODOK en Quantumania, convertido en una caricatura cuando su historia era puro trauma cósmico. Pasó con Wanda, que en El multiverso de la locura se deshizo de todo su desarrollo en WandaVision para convertirse en una amenaza sin matices. Y ahora pasa con Sterns, que merecía ser el alma herida de la historia, y termina siendo una pieza funcional del engranaje del multiverso. El problema no es solo que estén mal escritos. Es que ni siquiera se les da la oportunidad de tener un punto de vista.
¿Y el nuevo Capitán América?
Pero lo más grave es que ese tratamiento mediocre del Líder afecta directamente al verdadero protagonista: Sam Wilson. Este debía ser el momento en el que Sam se afirmaba como el Capitán América del presente. Su primera gran aventura en solitario. Su prueba de fuego.
Y sin embargo, la película nunca le ofrece un verdadero contrapeso. Sin un villano bien construido, Sam no puede brillar. Sus dilemas morales no existen. No hay conversaciones que lo desafíen. No hay espejo oscuro. Solo un enemigo que aparece y desaparece sin dejar huella real.
Y eso hace daño. Porque el personaje de Sam tiene mucho que decir. Ya lo demostró en Falcon y el Soldado de Invierno, donde se enfrentaba a preguntas incómodas: ¿qué significa ser un símbolo? ¿Quién tiene derecho a portar el escudo? ¿Qué pasa cuando la justicia no alcanza a todos por igual?
Brave New World podría haber ahondado en eso… pero se queda en la superficie.
El legado mal gestionado de Thaddeus Ross
Harrison Ford como Thaddeus Ross en Capitán América: Brave New World
Harrison Ford como Ross es uno de los grandes atractivos de Capitán América: Brave New World. Su interpretación es sobria, creíble, incluso emotiva. Pero el guion lo protege demasiado. Su papel en la caída de Sterns se menciona, sí, pero no tiene consecuencias. El conflicto entre ellos se resuelve con una frialdad que descoloca. El personaje que cometió los errores no paga el precio. El que fue traicionado, tampoco.
Y cuando llega la escena final en La Balsa, con Ross firmando un tratado y recibiendo una visita de su hija Betty (cameo de Liv Tyler incluido), la sensación es de desequilibrio. El foco está mal puesto. La película cuida más el legado de Ross que la tragedia de Sterns. Y eso se nota.
¿Qué aprendimos?
Ahora que Capitán América: Brave New World ya está disponible en streaming, es más fácil ver con perspectiva todo lo que podría haber sido… y no fue. Es una película que tenía las piezas, pero no supo cómo encajarlas. Que tenía un héroe nuevo con mucho por decir, pero no le dio una voz propia. Que recuperó a un villano clásico, pero lo trató como un accesorio. Y eso es un patrón. Uno que Marvel debe romper si quiere recuperar la fuerza narrativa de sus mejores años.
Porque lo que hizo grande al UCM no fueron solo los efectos, ni las peleas, ni las escenas post-créditos. Fue la humanidad. Fue la empatía. Fue entender que un buen villano no solo desafía al héroe… lo define.
¿Crees que Marvel ha perdido su toque con los villanos? ¿Merecía el Líder una historia más profunda? ¿Cumple como presentación del nuevo Capitán América? Te leemos en los comentarios. Y si todavía no la has visto, o quieres revisarla con otros ojos, recuerda que Capitán América: Brave New World ya está disponible en Disney+. Tú decides si el escudo brilla… o si necesita otro pulido.





Totalmente
El diseño del líder inicial estaba brutal. No entendemos por qué no lo mantuvieron
Totalmente de acuerdo, soy fan de Hulk desde pequeño, es mi personaje favorito.
Queria ver al El Líder con muchas ganas ( aunque se me hace más agradable el aspecto de los artes promocionales.
En cuanto a Ross creo que Harrison Ford lo borda sinceramente ( mira que el actor anterior me encantaba ).
En cuanto al que no recibieron castigo igual es cierto, quizás la primera versión donde Ross muere le hubiera hecho justicia.