En una industria donde las cifras marean, el dato que acaba de confirmar Tony Gilroy, creador de la serie de Disney Plus Andor, es impactante: los 24 episodios costaron 650 millones de dólares. Y no es una exageración.
En un evento del ATX Television Festival, el showrunner de la serie más política de Star Wars se sentó frente al público y dijo: «Para Disney esto son 650 millones. Para 24 episodios, nunca tomé una nota». Lo dice con orgullo, y también con algo de resignación. Porque ese dinero, ahora, parece más una excepción que la regla.
Y es que la frase que retumba en todas partes no la soltó cualquiera: según Gilroy, los propios ejecutivos de Disney le dijeron que «el streaming está muerto».
¿Cómo hemos llegado a esto?
Durante años, las grandes plataformas como Disney, Prime Video, HBO Max o Netflix se lanzaron al vacío con inversiones multimillonarias para conquistar a un espectador que lo quería todo y lo quería ya. The Mandalorian, WandaVision, Stranger Things, The Witcher… parecía que el catálogo no tenía fondo. Pero los números no cuadraban. Y cuando los números no cuadran, alguien siempre baja la persiana.
El streaming prometía una revolución. Contenido sin anuncios, estrenos cada semana, experiencias personalizadas. Pero tras esa fachada futurista, había una realidad simple: gastar tanto dinero en cada serie no es sostenible.
Y así llegamos a Andor. Una serie que no tiene Jedi, no tiene sables láser, ni cameos de Luke Skywalker. Lo que tiene es espionaje, política, y un tono muy, muy serio. Para muchos, una obra maestra. Para Disney, una apuesta arriesgada… y muy, muy cara.
Andor de Star Wars
El creador no se calla nada
Tony Gilroy no ha ocultado la tensión vivida en el rodaje. Habló sin tapujos sobre las discusiones con Disney. «Dijimos que se jo** el Imperio, en la primera temporada, y nos pidieron que no lo hiciéramos. En la segunda, nos dijeron: El streaming ha muerto, no tenemos el dinero de antes», explicó.
La frase no pasó desapercibida. No porque sea grosera, sino porque resume un giro de estrategia radical en una de las mayores compañías de entretenimiento del mundo. Si Disney dice que el streaming ha muerto, ¿qué queda para el resto?
¿Fue un error de Disney apostar por Andor?
Depende. En crítica, la serie ha sido un éxito. Pero en términos de audiencia, merchandising y retorno económico, las cosas son menos claras.
Andor no ha generado una avalancha de productos. No hay mochilas, peluches o figuras de acción por todas partes. Y aunque la serie conecta con Rogue One, su tono es mucho más serio, más reflexivo, más… incómodo. ¿Puede eso competir con las aventuras familiares de otros títulos de Star Wars? Probablemente no.
Pero Gilroy tiene claro que valió la pena. «Es triste cómo tantas personas han encontrado sentido a esta historia. Me han dejado usar la palabra ‘fascismo’ las últimas semanas. Eso es liberador», comentó.
Cambio de rumbo en Disney: menos series, más control
La era Bob Chapek en Disney fue la de la expansión sin límites: contenido a raudales, estrenos constantes, y mucho, mucho gasto. Pero Bob Iger volvió con otra mentalidad. Más conservadora, más enfocada en la rentabilidad. Y el resultado ya se está viendo.
Proyectos que iban a ser series, como el caso de Moana, se han convertido en películas para salas. Otros, como Lilo y Stitch, en lugar de estrenarse directamente en Disney+, han sido enviados a cines. Todo apunta a un nuevo modelo híbrido donde volveremos a ver más publicidad, suscripciones escalonadas y, sobre todo, menos contenido con presupuestos astronómicos.
650 millones… ¿y qué se ha ganado?
Ese es el gran misterio. Nadie sabe cuántas personas vieron Andor. Disney, como casi todas las plataformas, guarda sus datos de visualización bajo llave. Lo que sí se sabe es que 24 episodios por ese coste representa una de las mayores inversiones en la historia de la televisión por streaming.
Y aún con todo ese dinero, Gilroy asegura que trabajaron con total libertad creativa. No recibieron notas, no hubo reescrituras impuestas. «Esa libertad viene con responsabilidades», dijo. Pero también con presión. Porque si la serie no consigue justificar su coste, puede convertirse en el ejemplo perfecto de lo que ya no se debe hacer.
Star Wars
¿Qué significa esto para el futuro de Star Wars?
The Acolyte, Skeleton Crew, la temporada 2 de Andor, todos son proyectos que no han tenido el éxito esperado. Pero de ahora en adelante, es probable que Disney apueste por menos series, más películas, y un control más riguroso del presupuesto.
El universo de Star Wars ya no puede permitirse experimentar sin calcular hasta el último dólar. Y eso, para bien o para mal, puede cambiar la narrativa y el tono de las historias por venir.
Lo que dijo Tony Gilroy no fue solo una anécdota de rodaje. Fue un aviso. Un síntoma de una industria que está dejando atrás el sueño del streaming ilimitado. Una industria que empieza a mirar de nuevo al modelo clásico, con menos riesgos y más certezas.
Y mientras tanto, Andor queda como un monumento a una época que se desvanece. Una serie valiente, costosa, irrepetible y que quizás llegó justo antes de que todo cambiara.




