Morir no es el fin cuando eres Spider-Man. A lo largo de las décadas, Peter Parker —y sus múltiples versiones— ha muerto tantas veces como ha salvado la ciudad. Y lo más sorprendente es que cada una de esas muertes, lejos de cerrar un ciclo, ha abierto otro. Algunos finales fueron épicos, otros trágicos. Unos impactaron a los lectores. Otros simplemente rompieron Internet.
La vez que Peter renació como una araña
Uno de los primeros momentos que cambió la percepción de su mortalidad ocurrió durante la historia conocida como The Other. Allí, Peter Parker cae ante un enemigo imparable: Morlun. Después de una brutal paliza, su corazón se detiene. Literalmente muere. Pero Marvel no se conformó con eso. En una jugada que mezcló misticismo y ciencia ficción, Peter renace dentro de un capullo, como si fuera una araña evolucionando. No solo vuelve a la vida, sino que regresa con nuevos sentidos, visión nocturna y unos inquietantes aguijones. Era el mismo Spider-Man, pero no del todo.
La cacería que lo enterró vivo

Antes de que los clones, el multiverso o los simbiontes redefinieran el concepto de la muerte en el universo arácnido, hubo una historia que dejó una cicatriz indeleble: La última cacería de Kraven. Publicada en 1987, esta saga mostró a un Kraven derrotado por su obsesión. No quería matar a Spider-Man… quería superarlo. Y para ello, lo enterró vivo.
Literalmente. Kraven dispara a Peter, lo droga, lo encierra en un ataúd y lo entierra bajo tierra como parte de su retorcida victoria. Durante días, el mundo cree que Spider-Man ha muerto. Kraven, mientras tanto, se disfraza con su traje y patrulla la ciudad, demostrando que puede ser un “mejor” héroe. Cuando Peter finalmente escapa de la tumba, lo hace como un renacido, más cercano a la muerte de lo que había estado nunca.
La última cacería de Kraven no fue solo una historia sobre la muerte física. Fue una muerte simbólica: el entierro de su identidad, de su ego, de su invulnerabilidad. Y el nacimiento de un Spider-Man más consciente de su fragilidad… y de su determinación.
El sacrificio definitivo en el universo Ultimate
Si hay una muerte que marcó a toda una generación, fue la del universo Ultimate. En un giro inesperado, el joven Peter Parker de esa realidad alternativa muere salvando a su tía May del Duende Verde. Sin trucos. Sin resurrección inmediata. El héroe cae y con él se cierra un ciclo. Ese final fue tan contundente que abrió la puerta a un nuevo protagonista: Miles Morales. Un adolescente afro-latino que tomó el relevo y reinventó el mito para una nueva era. Fue una decisión arriesgada, pero acertada. Miles no solo funcionó: se convirtió en uno de los personajes más queridos del universo Marvel.
Cuando el Doctor Octopus robó su cuerpo
Cuando hablamos de muertes extrañas, hay una que supera a todas: la vez que el Doctor Octopus se convirtió en Spider-Man. En Superior Spider-Man, Otto Octavius logra intercambiar cuerpos con Peter justo antes de morir. Así, mientras el cuerpo de Octavius se apaga con la mente de Peter atrapada dentro, el villano queda libre en el cuerpo de su enemigo.
Lo increíble es que Otto intenta hacer el bien. Se propone ser un mejor Spider-Man, más eficiente, más brutal, más efectivo. El resultado es una de las etapas más peculiares —y fascinantes— del personaje. Peter, por supuesto, terminaría regresando. Pero por un tiempo, estuvo realmente muerto. Y su cuerpo fue robado por su peor enemigo.

La muerte acecha en cada rincón del multiverso
Todo esto parece mucho, pero no es nada si se tiene en cuenta el universo expandido de Spider-Man. Los clones, las realidades paralelas, los saltos temporales y las versiones alternativas han convertido su existencia en una especie de ciclo eterno de muerte y resurrección.
Ben Reilly, el clon más famoso de Peter, ha caído más de una vez y siempre encuentra una forma de volver. Lo mismo ocurre con Kaine, un clon aún más oscuro y violento que ha muerto, resucitado, y vivido más vidas de las que le correspondían.
Las historias más salvajes del Spider-Verso
El caos se multiplica cuando entramos en el Spider-Verso. En eventos como Spider-Verse o Spider-Geddon, decenas de Spider-Men de diferentes realidades mueren mientras intentan detener a los Herederos, una familia de cazadores interdimensionales. Caen versiones animadas, personajes de videojuegos y hasta parodias. Nadie está a salvo. Ni siquiera el Spider-Man japonés con robot gigante. Todo sirve para demostrar que, en cualquier universo, la muerte de un Spidey es una posibilidad real.
Versiones que mueren… y versiones zombis
Las colecciones alternativas, como What If… o Exiles, también se han encargado de explorar futuros en los que Peter muere de formas insólitas. En una realidad, se convierte en Hulk y es consumido desde dentro. En otra, sacrifica su vida por el Capitán América. En una más, se convierte en zombi y devora a Mary Jane. Cada historia es más salvaje que la anterior, y todas insisten en la misma idea: la muerte es inevitable, incluso para un héroe con sentido arácnido.
En el cine, también ha muerto más de una vez

Spider-Man tampoco ha escapado de la muerte en la gran pantalla. En Spider-Man: Un nuevo universo, Peter Parker muere en los primeros minutos, pero no es un héroe acabado ni viejo. Se trata del Spider-Man original del universo de Miles Morales: un joven experimentado, respetado y admirado por toda la ciudad, que cae trágicamente ante Kingpin mientras intenta salvar a todos una vez más. Su tumba y su legado marcan profundamente el inicio de la historia.
Más adelante, otro Peter Parker llega desde un universo alternativo: uno mayor, con más años y muchas más heridas emocionales. Ese Peter B. Parker no muere, pero representa la versión más humana, fracasada y redimida del personaje. Con él, Miles aprende lo que significa realmente ser Spider-Man.
Más adelante, otro Peter Parker llega desde un universo alternativo: uno mayor, con más años y muchas más heridas emocionales. Ese Peter B. Parker no muere, pero representa la versión más humana, fracasada y redimida del personaje. Con él, Miles aprende lo que significa realmente ser Spider-Man.
En el Universo Cinematográfico de Marvel, Peter también ha conocido la muerte, aunque de forma aún más trágica: el Blip. En Vengadores: Infinity War, Peter desaparece en los brazos de Tony Stark tras el chasquido de Thanos. Su «no quiero irme» se convirtió en una de las frases más dolorosas del UCM. Durante cinco años, Peter Parker estuvo literalmente muerto, borrado del universo junto a la mitad de la vida conocida. Solo volvió en el acto final de Endgame, cuando Hulk deshace el Blip y Spider-Man se une a la batalla final con lágrimas en los ojos.
Más adelante, en No Way Home, aunque no hay muerte física, Peter sí que muere en un sentido más simbólico. Borra su existencia del recuerdo de todos. Pierde a MJ, a Ned, a su tía May. El mundo entero olvida quién es. Y con esa decisión, muere el Peter que conocíamos y nace otro. Uno más solitario. Más trágico. Más adulto.
El concepto de la muerte incluso se convierte en norma dentro del multiverso. En Across the Spider-Verse, se plantea que en cada universo hay un evento trágico inevitable: la muerte de alguien cercano. El canon exige dolor. Sufrimiento. Pérdida. ¿Se puede desafiar eso? ¿O está escrito en el ADN de cada Spider-Man?
¿Por qué Marvel lo mata tantas veces?
Marvel ha matado a Peter Parker —y a sus variantes— en más ocasiones de las que cualquier otro superhéroe podría soportar. ¿Por qué lo hace? Porque funciona. Porque cada muerte abre la puerta a nuevas preguntas. Porque volver de entre los muertos es, irónicamente, lo más humano que tiene Spider-Man.
Al final, no importa cuántas veces muera. Siempre volverá. Porque su historia no es solo la de un héroe que lucha contra el crimen. Es la de un joven que cae… y se levanta. Una y otra vez.
Porque con gran poder… siempre viene una segunda oportunidad.




