La temporada 2 de The Last of Us de HBO Max se guardó un momento del videojuego que habría sido demasiado, incluso para los más valientes.
Durante los últimos episodios de la segunda temporada de The Last of Us, el nivel de crudeza alcanzó nuevas cotas. Muerte, venganza, dilemas morales y aún así, hubo algo que decidieron no mostrar. ¿El motivo? No querían que el público terminara odiando a Ellie (Bella Ramsey).
Sí, así de claro. Porque aunque la serie se atreve con muertes inesperadas y escenas durísimas niños, personajes queridos, embarazadas, hay una línea que prefirieron no cruzar: la de los perros.
Lo que pasó (y no vimos)
En The Last of Us Part II, el videojuego en el que se basa la segunda temporada, hay un momento clave en el que Ellie entra al acuario buscando a Abby. Allí no encuentra a su enemiga, sino a Alice: una perra entrenada que protege la zona. El encuentro es violento. El animal se lanza sobre Ellie y, en medio del caos, ella acaba apuñalándola hasta matarla.
Esa escena nunca llegó a la serie. Y no porque se olvidaran de ella.
Craig Mazin, showrunner de la adaptación, explicó en una rueda de prensa reciente que decidieron eliminarla deliberadamente. ¿La razón? En acción real, la violencia se siente de otra manera. Y mostrar a Ellie matando a una perra podría haber roto por completo la conexión emocional del público con ella.
The Last of Us
«Es demasiado real»
Según Mazin, aunque The Last of Us no tiene problema en mostrar muertes gráficas, hay un tipo de violencia que genera un rechazo inmediato: la que se percibe como realista y gratuita. Y con los animales, ese límite está muy claro.
«En el juego, Ellie llega al acuario, un perro la ataca y ella lo apuñala. Pero claro, no conocemos a ese perro. En el juego es una animación. En la serie es una perra de verdad, o lo parece. Y eso lo cambia todo», explicó.
También recordó una experiencia parecida cuando trabajaba en Chernobyl, su anterior proyecto para HBO, en el que tuvieron que decidir cuánto mostrar de las quemaduras por radiación. Mostrarlo todo podía parecer «pornografía del sufrimiento».
La conclusión fue clara: hay momentos donde más no es mejor.
Ya teníamos suficiente con Owen, Mel… y el bebé. Hay que recordar que, en ese mismo episodio, Ellie mata a Owen y Mel y con ello, indirectamente, también a un bebé no nacido. Ese impacto ya era más que suficiente. Añadir la muerte de un animal habría sido «demasiado».
Y aquí es donde entramos en terreno delicado.
Los creadores de la serie The Last of Us sabían que Ellie tenía que pasar por una transformación profunda. Tenía que endurecerse, tomar decisiones cada vez más cuestionables, perder humanidad en su camino hacia la venganza. Pero hay un riesgo: si el espectador deja de empatizar con ella, la historia se cae.
Y matar a una perra inocente, por muy defensiva que sea, era una línea roja para mucha gente.
The Last of Us (2025)
Ellie es humana, demasiado humana
En el fondo, esta decisión creativa no es solo una cuestión de sensibilidad animalista. Es una jugada narrativa muy medida. El personaje de Ellie camina sobre una cuerda floja constante: debe parecer dura, pero no cruel. Frágil, pero no indefensa. Capaz de cometer errores, pero no imperdonables.
Y aunque en el videojuego The Last of Us sí ocurre esa escena, la experiencia del jugador es distinta. Tú decides, tú juegas, tú participas en esa violencia. En la serie, el espectador no tiene control. Solo presencia.
Por eso, mostrarla matando a una perra habría cambiado la percepción del personaje de forma radical. De víctima a monstruo. Y no es el objetivo.
¿Veremos a Alice en la temporada 3?
La gran incógnita es si Alice, la perra, aparecerá en la próxima temporada, que adaptará el punto de vista de Abby durante los tres últimos días en Seattle. Alice sí es importante en esa parte de la historia, donde se muestra su relación con la perra, lo que haría aún más devastador su destino.
Pero si los showrunners ya eliminaron esa escena en la temporada 2 de The Last of Us, ¿la mantendrán fuera del canon de la serie?
Lo más probable es que sí. O al menos, que le den otro enfoque. Porque The Last of Us ha demostrado que sabe cuándo ser brutal y cuándo frenar.
El poder de decidir qué no mostrar
En un mundo saturado de series que compiten por impactar al espectador con muertes espectaculares o violencia gratuita, The Last of Us toma una ruta más calculada. No por cobardía, sino por respeto a su historia y a su audiencia.
A veces, lo más valiente no es mostrarlo todo. Es saber cuándo cortar. Y en este caso, la omisión habla más que cualquier imagen sangrienta. Aunque, yo creo que la actriz Bella Ramsey ya sufre suficiente «hate» en redes sociales, como para ir matando perros. ¿Tu qué opinas? Dímelo en comentarios.





Hubiera sido interesante comprobar la recepción de ese momento por parte de la gente.
Como persona, Bella no me gusta nada, el parecido físico con el videojuego es nulo, pero como actriz un 10, y realmente, eso es lo que me importa, , borda el papel de Ellie, si hubiera salido esa escena del perro, no me habría importado.