Durante la presentación de la película Eddington en el Festival de Cine de Cannes, el actor Pedro Pascal se alejó por un momento del guion promocional para compartir un relato profundamente personal: su historia como refugiado. En un gesto que conmovió a la audiencia, el actor chileno-estadounidense reveló que su familia escapó de la dictadura de Augusto Pinochet y que fue Dinamarca el país que les ofreció asilo antes de establecerse en Estados Unidos.
“Yo también fui refugiado”
«Mis padres son refugiados de Chile. Yo mismo fui un refugiado. Huyendo de una dictadura, tuve el privilegio de crecer en EE. UU. tras recibir asilo en Dinamarca», declaró Pascal en rueda de prensa. El actor, conocido por su papel en The Last of Us y The Mandalorian, puso en contexto su postura al hablar de las recientes políticas migratorias promovidas por Donald Trump, particularmente las deportaciones. «Quiero estar del lado correcto de la historia», afirmó.
Aunque reconoció que es un tema delicado para una figura pública, no dudó en pronunciarse: “Fuck them, que intentan asustarte. Sigue contando historias, sigue expresándote, sigue luchando por ser tú mismo. Esa es la forma perfecta de hacerlo”.
Eddington: una sátira sobre la división en EE. UU.
Pedro Pascal en Festival de cine de Cannes
Las declaraciones de Pascal se produjeron durante la presentación de Eddington, un western satírico dirigido por Ari Aster (Midsommar, Beau Is Afraid). Ambientada durante el confinamiento por COVID-19 en Estados Unidos, la película aborda la creciente polarización del país y el colapso del consenso sobre la realidad misma.
“Escribí esta película desde un lugar de miedo y ansiedad”, confesó Aster. “Quería mostrar cómo se siente vivir en un mundo donde nadie puede ponerse de acuerdo sobre lo que es real.”
La película reúne un reparto estelar, con Austin Butler, Joaquin Phoenix, Emma Stone y el propio Pascal como parte del elenco. Y aunque su tono es satírico, su mensaje no pasa desapercibido en un clima político cada vez más sensible.
La tensión política y el arte como resistencia
La prensa no evitó la pregunta clave: ¿temen que este tipo de películas les cierre las puertas a futuras oportunidades en EE. UU.? La respuesta de Pascal fue tan directa como emotiva. “El miedo es como ganan. Y no pienso dejar que eso me detenga. Si algo nos va a salvar, es el arte, es contar historias como esta.”
Por su parte, Ari Aster fue más cauteloso, pero no negó que su película pueda generar tensiones. “Siento que estamos en un experimento que ha salido mal”, dijo. “Y parece que no hay salida.”
Un agradecimiento a Dinamarca
La revelación sobre el asilo en Dinamarca sorprendió a muchos, pero fue recibida con calidez por la prensa europea. Pascal agradeció explícitamente al país nórdico, recordando que si no fuera por esa oportunidad, su vida —y su carrera— habrían sido muy diferentes.
Aunque la experiencia danesa de Pedro Pascal no había sido mencionada en entrevistas anteriores de forma tan explícita, este gesto añade una nueva capa a su compromiso político y a su historia de vida. Y deja claro que, para él, la libertad y la dignidad de los refugiados no son solo una causa más: es parte de su identidad.
Una voz que no se calla
En tiempos en los que muchos actores temen pronunciarse sobre temas políticos, Pedro Pascal ha dejado claro que no piensa quedarse en silencio. Con palabras cargadas de historia, experiencia y convicción, el actor utilizó el escenario de Cannes no solo para presentar una película, sino para recordar que la lucha por los derechos humanos no tiene fronteras.
“Es peligroso hablar de estas cosas como actor”, reconoció. “Pero si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo hará?”




