El cine de animación japonés ha sido dominado durante décadas por los gigantes como Studio Ghibli, cuyos filmes se han convertido en referencia obligada para cualquier proyecto en este género. Sin embargo, de vez en cuando surge una obra que logra romper con los moldes establecidos y ofrecer algo realmente único. Es el caso de Anzu, El Gato Fantasma, una película que combina una historia profundamente humana con una técnica de animación inusual y fascinante. Esta obra es el fruto del talento conjunto de Yoko Kuno y Nobuhiro Yamashita, bajo la inspiración de la obra original de Takashi Imashiro, «Bakeneko Anzu-chan». Para entender mejor los retos y las decisiones creativas detrás de este proyecto, hablamos con sus directores.
Un proyecto de una década
Yoko Kuno, conocida por su trabajo en series como Heike Monogatari y Space Dandy, y Nobuhiro Yamashita, el aclamado director de Linda Linda Linda y My Back Page, se unieron para llevar a la pantalla grande la historia de Imashiro. Según revelaron en nuestra charla, el proyecto de Anzu, El Gato Fantasma comenzó hace más de diez años. «Este proyecto en sí empezó hace una década,» comentó Yamashita. «El guion ha evolucionado constantemente, escribiendo y discutiendo con el equipo hasta llegar a lo que vemos en pantalla hoy en día.» Esta evolución constante es evidente en la riqueza de detalles y la profundidad emocional de la película, que captura tanto el humor seco como la melancolía de la historia original.
Inspiración en el arte clásico y la colaboración internacional
El estilo visual de Anzu, El Gato Fantasma es uno de sus aspectos más distintivos. Con colores pasteles y fondos que evocan las pinturas del maestro Pierre Bonnard, la película se distingue del típico anime moderno. «El director de arte, Julian Peelbo, se inspiró mucho en la obra de Bonnard,» explicó Kuno. «Queríamos capturar esa sensación suave y cálida, pero también melancólica, que caracteriza a muchas de sus pinturas.» Esta elección estilística fue apoyada por el equipo francés que colaboró en la producción, aportando una perspectiva fresca al enfoque tradicional japonés.
El uso innovador del rotoscopio

Uno de los elementos técnicos que más ha llamado la atención es el uso del rotoscopio, una técnica que consiste en animar sobre imágenes reales para lograr movimientos más fluidos y realistas. Aunque esta técnica ha sido criticada por crear una sensación de «valle inquietante» cuando se aplica a personajes humanos, Anzu, El Gato Fantasma logra superar este desafío al enfocarse en personajes no humanos o muy estilizados. «Normalmente, el rotoscopio puede resultar extraño cuando se utiliza en personajes humanos, pero aquí lo aplicamos a seres fantásticos, lo que crea un efecto mucho más natural,» explicó Yamashita. «La decisión de usar esta técnica vino directamente del productor, quien quería capturar esa ‘respiración’ y vivacidad en los movimientos.»
Rompiendo con los moldes de Ghibli
Si bien las comparaciones con Studio Ghibli son inevitables, los directores han dejado claro que querían crear algo diferente. «Es imposible escapar de la sombra de Ghibli en el anime,» reconoció Kuno. «Pero desde el principio, sabíamos que no queríamos hacer otra historia de espíritus del bosque o de seres mágicos que solo ciertas personas pueden ver. Queríamos algo más terrenal, más tangible.» Esta visión se refleja en cómo los personajes y las criaturas de Anzu, El Gato Fantasma interactúan con el mundo, aportando un toque único al género.
El legado de Takashi Imashiro
Takashi Imashiro, el creador de la historia original, es conocido en Japón como un autor que crea mundos profundamente humanos, llenos de personajes imperfectos y llenos de contradicciones. Aunque gran parte de su trabajo ha sido considerado como ‘manga para adultos’, Bakeneko Anzu-chan se distingue por su tono más ligero y su enfoque en un personaje infantil. «Imashiro es un autor con una perspectiva única,» explicó Kuno. «Sus historias a menudo exploran las tensiones entre lo humano y lo fantástico, y queríamos capturar eso en esta adaptación.»
Un toque humano en un mundo fantástico
Finalmente, Kuno y Yamashita reflexionaron sobre el mensaje central de la película. «Al final, Anzu, El Gato Fantasma es una historia sobre encontrar la alegría en las pequeñas cosas, sobre recuperar una sonrisa perdida,» comentó Yamashita. «Es una historia que cualquier persona, sin importar su edad o cultura, puede entender y apreciar.»
Con esta combinación de influencias artísticas, técnicas innovadoras y una narrativa profundamente humana, Anzu, El Gato Fantasma se presenta como una obra que promete dejar una huella duradera en el mundo del cine de animación. Es una película que, sin duda, merece ser vista tanto por los fans del anime como por aquellos que buscan algo nuevo y diferente en el cine de animación.




