Tras un primer tomo muy prometedor hemos tenido que pasar por una travesía dura, a través del desierto más árido, para llegar a un volumen cuatro de The Magic Order que compensa todo lo demás. Panini Comics abraza la acción más desatada en una obra de Mark Millar que recuerda a lo mejor de su carrera, con Netflix o sin ella.
La familia es la familia en The Magic Order
¿Quién no ha discutido con un hermano o hermana? Solo aquellos que son hijos o hijas únicos pueden afirmarlo sin reparos pero no cumplen con la condición necesaria para ser los destinatarios de la pregunta. Mark Millar nos ha ido introduciendo en las tóxicas relaciones que han terminado con la buena relación entre Cordelia Moonstone y su hermano Regan.
Pero cuando pensábamos que esta familia desestructurada ya no daba para más aparece un nuevo componente de la misma para complicar más si cabe todo lo que rodea a esa orden mágica que no termina de encontrar una dirección estable, sobre todo porque muchos de sus miembros no ven reparos en saltarse la norma principal.
Por ello nos vamos a ver envueltos en una nueva revuelta dirigida por un villano al que no esperábamos volver a ver por estas páginas, todo por ganarse el derecho a seguir protegiendo el mundo tal y como lo conocemos pero sin que eso sea incompatible con la posibilidad de beneficiarse del empleo de los poderes mágicos que tienen los magos.
Ya rechinaba bastante que ni siquiera pudiesen ayudar a sus seres queridos ante la enfermedad mientras curaban a otros muchos de los mismos males, pero la norma, y sobre todo su espíritu, está ahí por otros motivos, sobre todo por el lucro propio, por beneficiarse de un modo poco ético del don que se ha recibido. Para que no se pudiera decir directamente aquello de “hecha la ley, hecha la trampa”, bajo ninguna circunstancia.
Empatizando con el enemigo

Sin embargo, no cuesta entender semejante intencionalidad, no incompatible aunque se abuse de ello para lograr una vida mejor, limitando ciertas actitudes llegado el caso, pero manteniendo los motivos que llevaron a crear la orden mágica. A pesar del carácter de Cordelia, que por otra parte nos encanta, verla luchar contra todo y contra todos, es una sensación de disfrute inenarrable. Da igual lo que le eches encima, le centras un melón y te lo devuelve cortado en rodajas y con una presentación perfecta, la líder de la organización deberá recuperar el status habitual del selecto club con la ayuda de algunos miembros que todavía confían en ella.
El reto es muy grande, con todo en contra, pero la forma de narrarlo, de introducirnos en ese mundo tan especial y diverso, con imbricaciones en otras realidades, deja un poso diferente a los bandazos que veníamos viendo en los dos tomos anteriores. Una sensación agradable de experimentar tanto por desarrollo como por ejecución.
Mark Millar vuelve a mostrarnos en The Magic Order una amenaza sobresaliente que resulta creíble dentro del entorno, sin dejarnos respiro a lo largo de los seis números que componen este cuarto capítulo de las aventuras de los Moonstone. El reparto de secundarios, de uno y otro lado, también merecen ser destacados, porque puedes contar con un protagonista potente pero si lo que le rodea no acompaña estamos ante un conjunto vacío.
The Magic Order. El enésimo cambio al dibujo
Nueve todavía no, pero cuatro si han sido. Cada arco de The Magic Order ha contado con un ilustrador de gran relevancia, a pesar de que la historia haya acompañado en mayor o menor medida. Desde el inicio del francés Olivier Coipel, que había marcado el nivel más elevado, continuando con Stuart Immonen, que es de los pocos que puede presumir de haber colaborado en más de un proyecto del Millarworld junto al guionista escocés (hicieron Empress juntos), y finalizando con el italiano Gigi Cavenago para la tercera parte, autor proveniente de la editorial de Sergio Bonelli, podemos dar la bienvenida a bordo a Dike Ruan, nacido en China pero residente en Italia.
Ruan es de esos autores que se prodigan mucho a día de hoy, de los muy influenciados por ese estilo de escuela actual que podemos ver en autores de la Joso, como Iban Coello, en el trazo de la superestrella de nuestro comic patrio Pepe Larraz e incluso en figuras internacionales como Sean Murphy.
Bonito, efectivo, agradable de seguir de viñeta a viñeta. Quizás su peor punto se encuentre en los fondos, muchas veces inexistentes y que tanto aportan cuando el autor tiene miedo por el vacío. Ruan es una buena elección para este comic, las puede haber mejores pero no es desdeñable ni mucho menos, un paso más tras su periplo por Shang-Chi o las breves colaboraciones dentro de la etapa Krakoa en las colecciones X.
¿Qué te ha parecido este nuevo volumen de The Magic Order? ¿Crees que Mark Millar ha recuperado la magia de los primeros números o todavía esperabas algo más? ¡Te leemos en los comentarios!
The Magic Order 4
NOTA CINEMASCOMICS
TOTAL
La Orden Mágica está en crisis después de que Cordelia Moonstone se viera obligada a expulsar a su hermano del grupo. Ahora hay rumores de descontento entre el resto de los magos. Están cansados de las reglas bajo las que han vivido durante siglos, y preparan un golpe de estado en el que los viejos amigos se convertirán en la mayor de las amenazas.




