Panini recupera una de las historias más recordadas de los comics Disney que vieron la luz en Italia, La Espada de Hielo. Una epopeya fantástica llena de aventura y valores positivos.
Disney llegó a producir un buen número de cómics en Europa que gozaron de buena salud durante buena parte de los 80. Historias cortas de aventuras de sus personajes principales como Donald, Mickey o Goofy, pero también había algunas historias conectadas que labraron una fama merecida para estas sagas como La Dinastía de los Patos o la primera saga infantil de fantasía que la Disney publicó: La Espada de Hielo. Sin alejarse de los valores familiares la trama usa todos los recursos de la fantasía épica para forjar una de las historias más recordadas de su época.
Acerca de La espada de hielo
En el universo existen muchos mundos, cada dimensión existe en un plano paralelo con una vibración propia. Y los héroes viven en una de ellas. Aargar fue liberado en el pasado por Alf el gran guerrero, venció al mal pero no lo destruyo, y ahora vuelve a amenazar a los habitantes del mundo. Solo Yor conoce el método para llamarlo y le tocará a Boz buscarlo.
En todo un giro en lugar de al héroe, trae a un par de desconocidos que deciden ayudarle, uno de ellos alto y apuesto, el primo de Alf. En realidad son Mickey y Goofy que sorprendidos por la aparición de Boz son transportados por accidente a un mundo fantástico.
Y así da comienzo a una aventura que se nutre de varias fuentes literarias que van desde las sagas nórdicas, la saga de Shannara de Terry Brooks, las fábulas clásicas y las novelas de caballería y mitos artúricos. UN batiburrillo que no siempre funciona, pero que usado por Massimo De Vita resulta fluido y alegre, toma lo mejor de sus influencias y lo incorpora a los valores familiares y positivos de Disney para dejar una aventura para todos los públicos donde lo importante no es ser el héroe, sino ser una buena persona.
Una saga de tres partes
De Vita hizo una saga en tres partes y una aventura independiente donde añadió la ciencia ficción a su epopeya. Siempre existía esa pátina en la obra, heredada de las obras de Brooks, pero nunca se profundiza en ello ya que no aportó nada bueno y su abuso resulta siempre en malos resultados. Y hace escasamente un año, dos autores deciden escribir una última historia de la saga del primo de Alf, para recordar lo mejor de la obra y añadir un capítulo final con un aire más moderno que acerque a los jóvenes actuales a la Espada de Hielo.
La diferencia entre este nuevo aporte y los anteriores está en la técnica más que en el contenido. El dibujo resulta más plástico y ágil y el color digital añade sombras y texturas que el color plano no tenía en la saga de los 80. Pero no desentona el nuevo capitulo de Marco Nucci y Franco Carfailla.
El arte es hijo de su tiempo, y eso es una alabanza. No busca ser infantil sino original, con más cercano a obras de línea clara de la BD francobelga como Percevan o incluso Spirou, y no cae en tanto infantilismo como otros cómics para niños norteamericanos, conservando el estilo europeo de contar cosas para todos pero no tomando a los niños por tontos.
Conclusión
La Espada de Hielo es una obra que homenajea y sirve de entrada para los más pequeños a mundos fantásticos donde la amabilidad, el valor y la amistad puede vencer al mal y la oscuridad, en el más puro estilo de la fantasía épica.
En el caso del que escribe estas palabras hablamos de una saga muy especial a nivel personal. Fue en la colección Don Miky donde encontré esta pequeña joya que me convirtió en seguidor de la fantasía. Nunca llegué a leerla al completo, la última saga no llegó a mis manos y me falto una entrega de la primera, y el poder terminar esta historia es un regreso a la infancia que no tiene precio.
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