Demon Days es la increíble adaptación del entorno de los mutantes de Marvel al Japón de épocas pasadas centrándose sobre todo en la figura de Mariko Yashida. Panini Comics abre la caja de Pandora para que nos asomemos a un mundo repleto de Oni y demás figuras de la mitología japonesa.
El largo camino de la obra pictórica
Demon Days es una obra muy especial. De las que necesitan su periodo de gestación para que lápiz y acuarela combinen para formar un dibujo único, para recrear en un entorno japonés a algunos de los personajes del ámbito mutante y alguno más. Un año de trabajo para Peach Momoko que alcanza un nivel superior tanto creativo como argumental. La artista nipona se atreve a dejar su labor exclusiva como portadista para varias editoriales americanas y afronta una obra completa. En ella se acerca a los mutantes de Marvel, utilizando a uno de los personajes más carismáticos de origen japonés dentro de La Casa de las Ideas y que siempre ha estado en un plano secundario, Mariko Yashida.
Mariko tuvo una vida ligada al personaje de Lobezno. Su amor por Logan marcó una etapa que finalizó con su muerte, envenenada con toxina de pez globo, durante el tiempo que Larry Hama y Marc Silvestri permanecieron a los mandos de la colección regular del mutante de las garras de adamantium. En tiempos recientes, tras más de veinte años de publicaciones en los que mantuvo su status de fallecida, fue revivida por la Mano durante Regenix, una saga de El Viejo Logan. Así que el personaje puede ser reutilizado a conveniencia de guionistas y editores si lo creen conveniente, por lo que Momoko ha generado una historia legendaria en torno a ella y a la mitología japonesa.
Fantasía en estado puro
Embeberse de Oni, Kami y Yokai o lo que es lo mismo, demonios dioses y monstruos en Demon days, es la base de una narración totalmente fantástica que pone a las leyendas japonesas en el mapa. Mientras ciertos personajes como Mariposa Mental, Thor, Tormenta, la Viuda Negra, Elektra, Dientes de Sable o Mística obtienen su representación en un cómic que les idolatra en sus respectivas encarnaciones, colocando a cada cual en el lugar adecuado a sus características dentro de la cosmogonía del Universo Marvel. Mientras los héroes van a seguir siéndolo. Los monstruos ocuparán el lugar de los villanos y los dioses estarán representados también, el hijo de Odín y Ororo se encargan de ello, adquiriendo bajo su aspecto las características de Raijin y Fujin, dioses del trueno y el viento respectivamente.
Para los ojos entrenados de los lectores habituales no resultará complicado detectar los personajes que se ocultan bajo nombres japoneses, sean del tipo que sean. Por ello encontrarnos con Júbilo, Espejismo (Danielle Moonstar), Venom o el Hulk Verde y su contrapartida Rojo será sencillo, incluso reconocer a Rondador Nocturno, pese a su representación oscura y tétrica.
Todo un homenaje que funciona a la perfección. Sin forzar ninguna situación, todo encaja como un puzzle. Eso dice mucho del trabajo que hay detrás de todas estas entregas, del cariño con el que se ha llevado a cabo y de que nos deja con ganas de explorar más detalladamente todo ese mundo de bolsillo que se ha generado en torno al Monte Kirisaki y las aldeas que lo rodean, donde las fronteras entre los habitantes de los bosques bajo la montaña y los de las poblaciones se vuelven finas cuando surge la necesidad, en uno o en otro sentido.
Refrescante visión
Japón se abrió al mundo occidental durante la denominada como Revolución Meiji, en 1867. Pero a pesar de ello, abandonando el que había sido su periodo medieval heredado del shogunato Tokugawa, se conservaron todos aquellos mitos y leyendas, manteniendo el orgullo de su herencia cultural. Es ahora esta adaptación del Universo Marvel a esa cultura la que aporta un soplo de aire fresco a los personajes que tanto amamos. La plasticidad del trazo de Momoko favorece esa visión fantástica, casi onírica.
Peach Momoko ha declarado que espera que Mariko adquiera relevancia para poder seguir ahondando en este mundo. Nosotros esperamos que así sea porque es ciertamente interesante explorar toda esa mitología del Japón ancestral. Una cultura diferente que atrae a muy diferentes perfiles, que es cuna de una parte importante de la filosofía cómic, con su Manga y por añadido su Anime, ampliando la frontera del papel. Y además resulta divertido ver como los superhéroes que conocemos se convierten en encarnaciones del bien y del mal que se encuentran en las laderas del Monte Kirisaki.
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