El año se acaba. Las carteleras empiezan a mirar a 2026, los premios afinan motores y toca ese ejercicio inevitable —y delicioso— de echar la vista atrás. Y si algo ha quedado claro en estos doce meses es que 2025 ha sido un año excepcional para la ciencia ficción.
No hablamos solo de grandes presupuestos o efectos espectaculares. Hablamos de ideas. De películas que han usado el género para hablar de control, identidad, poder, miedo colectivo y esperanza, a veces todo a la vez. Desde distopías incómodas hasta regresos inesperadamente brillantes de franquicias míticas, la ciencia ficción ha demostrado que sigue siendo el género más vivo del cine actual.
Estas son las películas de ciencia ficción más destacadas de 2025, empezando por aquellas que, quizá sin hacer tanto ruido, han terminado dejando una huella muy profunda.
10. The Running Man

Volver a The Running Man en 2025 era una jugada peligrosa. El material original de Stephen King sigue siendo incómodamente vigente, y cualquier intento de actualización corría el riesgo de quedarse en la superficie. Por suerte, esta nueva versión entiende muy bien qué historia estaba contando realmente.
Aquí no se suaviza del todo la brutalidad del concepto: un concurso televisivo donde personas desesperadas son cazadas para entretenimiento de masas. Lo interesante es cómo la película actualiza el discurso, conectándolo con la obsesión contemporánea por el contenido extremo, la viralidad y la deshumanización convertida en espectáculo.
La película funciona como un thriller de acción hiperactivo, pero también como una sátira bastante directa sobre cómo consumimos violencia desde el sofá. No es la adaptación más fiel del texto de King, pero sí una que sabe a qué público se dirige y qué preguntas quiere incomodar.
Puede que no sea la más profunda de la lista, pero su energía, ritmo y mala leche la convierten en una de las propuestas más disfrutables del año.
9. Predator: Killer of Killers

Si alguien te hubiera dicho hace unos años que una de las mejores entregas de Predator iba a ser una película de animación para adultos, probablemente habrías arqueado la ceja. Y, sin embargo, Killer of Killers existe… y funciona de maravilla.
La propuesta es tan simple como irresistible: tres historias, tres épocas distintas y tres enfrentamientos directos entre humanos y Yautja. Vikingos, samuráis y pilotos de la Segunda Guerra Mundial frente a uno de los iconos más brutales del cine de ciencia ficción.
La película entiende algo fundamental: Predator no necesita explicarse más. Necesita combate, tensión, honor y violencia sin adornos. Y eso es exactamente lo que ofrece. La animación permite además un grado de brutalidad y estilización que el live-action no siempre puede permitirse.
No es solo un regalo para los fans de la saga. Es también una demostración de lo que la animación puede aportar al cine de género cuando se deja de tratar como un formato “menor”.
8. Companion
La acompañante (Companion) 2025
Una de las sorpresas silenciosas de 2025. Companion llegó pronto al año, casi sin ruido, y poco a poco se ha ido ganando un estatus de pequeña joya incómoda dentro de la ciencia ficción contemporánea.
La película parte de una premisa clásica: un androide diseñado para acompañar emocionalmente a los humanos. Pero en lugar de irse por el camino habitual, la historia se encierra en un fin de semana aparentemente normal que se transforma en un descenso a la paranoia cuando algo falla en la programación.
Lo interesante es cómo la película conecta la inteligencia artificial con temas muy actuales: relaciones tóxicas, abuso, control emocional y misoginia estructural. La ciencia ficción aquí no es espectáculo, es bisturí.
Companion no necesita grandes giros ni mundos futuristas para incomodar. Le basta con poner un espejo delante del espectador y preguntar hasta qué punto estamos dispuestos a normalizar ciertas dinámicas si vienen envueltas en tecnología.
7. Superman

Pocas películas de 2025 han generado tanto debate como Superman. Y no tanto por su acción o sus efectos, sino por el tipo de historia que decide contar.
Aquí la ciencia ficción no está en los rayos láser ni en los vuelos imposibles, sino en la pregunta central: ¿qué ocurre cuando el mundo deja de confiar en su mayor símbolo? La película construye un conflicto que bebe directamente de la paranoia contemporánea, la manipulación mediática y el miedo a lo diferente.
Lejos de optar por el cinismo, Superman apuesta por algo casi revolucionario en el cine actual: la empatía y la coherencia moral. Es una película que cree en sus valores y no los disfraza de ironía.
Eso la convierte en una de las propuestas más singulares del año, capaz de funcionar tanto como blockbuster como relato de ciencia ficción profundamente humano.
6. Predator: Badlands
Depredador: Tierras Salvajes
Si Killer of Killers demostró que Predator podía reinventarse desde la animación, Badlands lo hace desde el corazón del cine de aventuras. La gran apuesta aquí es convertir al Predator en protagonista, no en amenaza.
La historia sigue a un Yautja exiliado que debe sobrevivir en un planeta hostil, formando una alianza improbable con una androide dañada. El resultado es una película que mezcla ciencia ficción, western y relato de supervivencia con sorprendente soltura.
Lo más llamativo es que, sin traicionar la esencia de la saga, la película consigue que el espectador empatice con una criatura que siempre fue el monstruo. Es un giro arriesgado, pero ejecutado con tanta convicción que termina funcionando.
Badlands no reinventa la franquicia, pero la refresca lo suficiente como para recordarnos por qué sigue siendo relevante décadas después.
5. The Assessment

Si hubiera que elegir una sola película de 2025 que definiera el concepto de distopía cercana, The Assessment estaría en todas las quinielas. No hay naves espaciales ni mundos lejanos. Hay algo mucho más inquietante: un futuro que se siente demasiado posible.
La premisa es tan sencilla como demoledora. En un mundo donde los recursos son limitados, el Estado decide quién puede tener hijos. Las parejas deben pasar una evaluación oficial de siete días para demostrar que son “aptas”. Lo que comienza como un trámite se convierte en una experiencia psicológica asfixiante.
La película utiliza la ciencia ficción como excusa para hablar de control gubernamental, clase social, intimidad, maternidad y poder, todo ello sin necesidad de subrayados ni discursos grandilocuentes. Cada conversación pesa. Cada decisión incomoda.
El gran pecado de The Assessment no es artístico, sino industrial: su escasa visibilidad. Que una película así haya pasado casi desapercibida es una injusticia, porque estamos ante una de las propuestas más sólidas y perturbadoras del año.
4. Bugonia
Bugonia 2025
Yorgos Lanthimos nunca hace concesiones. Bugonia no es una excepción. De hecho, es probablemente una de sus películas más incómodas y desconcertantes, incluso para quienes ya conocen su cine.
La historia arranca con una premisa absurda: dos conspiranoicos secuestran a la directora ejecutiva de una farmacéutica convencidos de que es una alienígena infiltrada. A partir de ahí, la película se desliza hacia una sátira oscura sobre paranoia colectiva, misoginia, poder corporativo y colapso social.
Lo fascinante de Bugonia es cómo utiliza la ciencia ficción como un espejo deformado de la realidad. Nada parece completamente irreal, y ahí está el verdadero terror. La película no se ríe del delirio conspiranoico; lo observa con una mezcla de ironía y tristeza.
No es una experiencia cómoda ni especialmente “divertida”, pero sí profundamente representativa del clima social actual. Una película que incomoda porque reconoce que el mundo ya no necesita marcianos para volverse loco.
3. Mickey 17

Bong Joon-ho regresó a la ciencia ficción con una de esas películas que dividen en el estreno y crecen con el tiempo. Mickey 17 es rara, irregular por momentos y, aun así, absolutamente fascinante.
La idea central es tan absurda como brillante: un trabajador “prescindible” clonado una y otra vez para realizar misiones mortales. Cuando uno muere, se imprime otro. El problema llega cuando un clon regresa y descubre que ya hay una versión suya ocupando su lugar.
A partir de ahí, la película despliega una sátira feroz sobre capitalismo extremo, deshumanización laboral, identidad y reemplazabilidad. Todo envuelto en humor negro, ciencia ficción de alto concepto y una sensibilidad muy particular.
Mickey 17 no busca agradar a todo el mundo, pero sí quedarse en la cabeza del espectador. Es una de esas películas que, con el paso de los años, probablemente será reevaluada como una de las más incisivas de su década.
2. Resurrection

Aquí entramos en terreno delicado. Resurrection no es una película al uso. Es una experiencia. Un ejercicio de ciencia ficción radicalmente experimental que decide romper con casi todas las reglas narrativas tradicionales.
Ambientada en un mundo donde la humanidad ha renunciado a la capacidad de soñar a cambio de la inmortalidad, la película reflexiona sobre qué significa realmente estar vivo. No hay una estructura clásica. Hay fragmentos, saltos temporales, imágenes poéticas y una carga simbólica constante.
No es una película para todos los públicos, ni pretende serlo. Exige atención, paciencia y una disposición abierta. Pero quienes conecten con su propuesta encontrarán una de las reflexiones más bellas y devastadoras del año sobre la creatividad, la muerte y el sentido de la existencia.
Resurrection demuestra que la ciencia ficción sigue siendo el género ideal para romper el lenguaje cinematográfico cuando se lo propone.
1. Frankenstein

Y llegamos al número uno. Frankenstein no solo es la mejor película de ciencia ficción de 2025. Es, sin exagerar, una de las grandes películas de la década.
Guillermo del Toro aborda el texto de Mary Shelley con un respeto absoluto, pero sin miedo a hacerlo suyo. El resultado es una obra profundamente gótica, trágica y humana, que entiende que Frankenstein nunca fue una historia sobre monstruos… sino sobre abandono, culpa y responsabilidad.
La película construye un paralelismo devastador entre creador y criatura, ambos atrapados en su propia obsesión. Visualmente es apabullante, pero nunca vacía. Cada plano está al servicio de la emoción.
Lo que eleva a Frankenstein por encima del resto es su honestidad emocional. No busca sorprender con giros innecesarios ni actualizar el mito de forma superficial. Busca comprenderlo. Y lo consigue.
Es cine de género en su forma más pura y elevada. Una película que demuestra que la ciencia ficción y el terror siguen siendo el mejor lugar para hablar de lo que nos hace humanos.
Un cierre de año para recordar
Si algo ha dejado claro 2025 es que la ciencia ficción no está en crisis. Todo lo contrario. Está mutando, diversificándose y atreviéndose a ir más lejos que nunca.
Desde el espectáculo más visceral hasta el experimento más radical, el género ha sabido adaptarse a un mundo cada vez más incierto. Y lo ha hecho con historias que no solo entretienen, sino que incomodan, cuestionan y permanecen.
Cerrar el año con películas como Frankenstein,
Resurrection o Mickey 17 es un recordatorio
poderoso de por qué seguimos volviendo a la ciencia ficción:
porque cuando el presente se vuelve confuso, el futuro
—aunque sea distópico— sigue siendo el mejor espejo.


