Young Justice sigue perdida en el Multiverso, y no todas las dimensiones son amistosas con nuestros héroes
Mientras el mundo sigue girando, nuestros chicos llegan a una nueva dimensión. Tierra 3, el hogar del Sindicato del crimen de Amerika, pero estos están ausentes desde hace un tiempo, y los más jóvenes han tomado su lugar. Young Justice se enfrenta a sus yo alternativos malvados, y con una intención clara, salir de su mundo para ir donde fue el Sindicato, porque lo que todo sidekick quiere, es llegar a ser como su héroe, y matarlo.
Los viajes a través de diferentes planos/mundos/dimensiones ha sido siempre un recurso bastante fácil para poder hacer una saga en la que poder lucir a todos los héroes y personajes que el autor adora, o para mostrar las versiones de los mismos que el equipo creativo desearía llegar a desarrollar. Este, es el caso, pero eso no significa que sea un recurso que facilite la vida de los autores. Seamos sinceros, no es sencillo ser original, pero tampoco es fácil manejar personajes que son versiones de lo existente o que surgen de una visión especifica de un mundo. Brian Michael Bendis ataca el mundo de Amerika, y busca la siguiente vuelta de tuerca, las versiones de sus personajes en un mundo que ya se vio planteado por Grant Morrison en Tierra 2 y que posteriormente se recuperó en los Nuevos 52 durante la saga de Maldad Eterna.
Lo que siempre destaca del escritor son su diálogos, y en este caso las peleas dan para variadas y coloristas diatribas imposibles al más puro estilo Spiderman, en eso no falla. Pero como siempre su expansividad, su capacidad de convertir una idea en tantas páginas que olvidas ya no la idea inicial, sino hasta de qué serie estás leyendo. SI, he exagerado el concepto, pero en Young Justice, Bendis, parecía que había superado esa manía de extender sin cesar la trama, pero viendo este número, estamos ante algo que va a ir para largo, y no es algo malo, es que hay que temer a un hombre con demasiadas ganas de contar cosas.
En el dibujo tenemos a un John Timms que empieza a gustarse y arriesgar en la acción, con composiciones más arriesgadas, que no siempre salen bien, pero alegran la vista y dan movimiento a los diálogos de Bendis. La verdad que cumple bien su cometido, a pesar de lo que siempre pienso, que plantea personajes que representan una edad superior a la que deberían.
Young Justice sigue viento en popa, con risas diversión y mucha acción, pero llega la hora de meter algo más. Esa marcha más es introducir las versiones oscuras, y un futuro que no puede ser el de nuestros héroes, pero plantea dudas, siempre lo hace el verte en un espejo distorsionado. Pero además: ¿quién cambiara Robin por Drake? Aunque el pato es peligroso, dicen.