Analizamos ‘Star Wars: El despertar de la Fuerza’ (J.J. Abrams, 2015) hablando de cine y de la saga galáctica para responder a la pregunta que todo el mundo se está haciendo: ¿es el Episodio VII una buena película?
Apenas una semana y poco después del estreno de ‘Star Wars: El despertar de la Fuerza’ (J.J. Abrams, 2015) y con todos los récords de taquilla habidos y por haber batidos por la franquicia de Disney Pictures y LucasFilm, toca repasar lo que ha sido el séptimo episodio de la saga galáctica; especialmente de manera cinematográfica, pero también a nivel friki-fandom. Por eso lanzamos la siguiente pregunta para intentar debatir con vosotros lo que ha sido ‘Star Wars: El despertar de la Fuerza‘: ¿Es una buena película? Dejamos el siguiente vídeo en el que respondemos a esta pregunta.
‘Star Wars: El despertar de la Fuerza’ es una película irregular, pero podría haber sido mucho peor.
La introducción de ‘Star Wars: El despertar de la Fuerza’ es de lo mejor de la saga.
Todo hay que reconocerlo: los primeros 45 minutos (aproximadamente) de ‘Star Wars: El despertar de la Fuerza‘ tienen un ritmo, una intensidad, una fuerza y un nivel de entretenimiento que fácilmente pueden incluirse como de lo mejor que hemos visto en la saga galáctica.
El funcionamiento de los elementos durante la introducción de la película es sublime, todo lo que un blockbuster fandom que se precie debería incluir en sus películas. Lo malo (y lo difícil, por supuesto) es mantener todo el filme a la altura de esa introducción. Y creo que eso es lo que falla en ‘Star Wars: El despertar de la Fuerza‘.
Takodana y Maz Kanata, bajón total de ‘Star Wars: El despertar de la Fuerza’.
La llegada de los protagonistas al castillo de Maz Kanata en Takodana supone una ruptura significativa del ritmo de ‘Star Wars: El despertar de la Fuerza‘. Disney Pictures debió de verse obligada a incluir a una especie de Pepito Grillo en la película warsie, de ahí que Maz Kanata se introduzca en la película de manera casi gratuita.
De la conversación con siniestros anteojos a la profecía y de la profecía a la batalla, donde llegamos a ver a un stormtrooper tirando un escudo y empleando un blaster como una especie de sable de luz para enfrentarse a Finn. El primer cara a cara entre Rey y Kylo Ren, además de la profecía jedi, es de lo poco destacable de este intermedio tan abrupto.
La consecución de ‘Star Wars: El despertar de la Fuerza’ recupera algo de intensidad, pero no lo suficiente.
El enfrentamiento entre la Resistencia y la Primera Orden en el Star-Killer ya ha sido comentado y criticado por volver a incluir una Estrella de la Muerte (a la tercera no va la vencida y más grande no significa mejor), pero tiene sus cosas buenas: ¡Han Solo puede desquitarse de la anécdota del compactador de basura mandando a Capitana Phasma allí! Por otro lado, vemos a Rey utilizar la Fuerza por primera vez y a Kylo Ren perdiendo los estribos de nuevo.
Enfrentamiento entre padre e hijo con el Sol apagándose y victoria de la Resistencia. Por último, cara a cara definitivo entre Kylo Ren y los que vienen a formar parte de la nueva generación de jedis de la Galaxia. Todo ello metidito en esta última parte que consigue recuperar la senda del principio, pero que no llega a estar a su altura.
Ningún seguidor de Star Wars se merecía el final de ‘Star Wars: El despertar de la Fuerza’.
Así de claro. Lo que más descontenta a todos los seguidores warsies del planeta fue el final. Encontrar a Luke Skywalker gracias a un mapa que necesitaba de la existencia de R2-D2 y BB-8… ¿Por qué? Es cierto que se guardan el misterio para la siguiente película, pero entonces ¿por qué nos enseñan el cara a cara entre Luke y Rey?
Por cierto, el último plano de la película tirado desde el helicóptero es una vergüenza. Una basura. El éxtasis comunicativo sin palabras estaba a la altura, aunque hubiera molado (y cuadrado) un: «Te estaba esperando». De no ser así, no pasaba nada… Pero romper esa comunicación no verbal para tirar un plano circular de dos segundos desde el aire… ¡Horrible!