Spriggan Vol. 2 continúa la aventura de Yu OMinae en su búsqueda de artefactos místicos de la historia humana. Y no es una tarea fácil.
En la antigüedad los dioses llegaron a la Tierra y ayudaron a la humanidad. A cambio de eso los adoramos, y ellos nos abandonaron. Pero dejaron tras de sí sus regalos. Ahora esos objetos de gran poder son buscados por todos los gobiernos del mundo. Y el que llegue primero podrá decidir el destino del mundo.
Finaliza la historia comenzada en el primer tomo, cerrando la historia de los dioses aztecas y su eterna batalla. Usando estas dos entidades aumentan los autores las revelaciones sobre la tecnología arcaica que vamos conociendo en cada entrega, y relacionándola ya directamente con alienígenas sin dejar atisbo de duda. Esto enlaza con la siguiente saga de esta entrega, en la que el artefacto es la mismísima Arca de Noé, y sus secretos. Takashige y Minagawa presentan para este arco a un nuevo personaje: Jean Jacquemonde. Francés, con poderes extraños paranormales que le dan una velocidad y una fuerza sobrehumana, este spriggan está lleno de secretos. Y de paso es el rival de Yu por ser el número uno, dejando una amistad agresiva que alivia muchas veces la brutalidad de la acción.
El tomo se completa con una trama más sencilla, de acción pura y dura contra un berserker, un arma de los visitantes desencadenada. Si bien sirve para tratar nuevamente el tema de la responsabilidad y el uso inadecuado de armas de destrucción masiva, también denuncia los abusos científicos y la oscuridad de los ejércitos con respecto a sus proyectos en armas experimentales y otros secretos.
Hiroshi Takashige y Ryouji Minagawa mantienen su idea principal de hacer una historia de aventuras con toques de ciencia ficción y de conspiración alienígena. Spriggan es sobre todo un carrusel de acción con giros sorprendentes para aumentar la espectacularidad. Poco a poco abandona la tecnología probable del inicio y se pasa a la ciencia ficción más pura, uniendo la ciencia con los poderes psíquicos y tecnologías alien fantásticas. Y gana enteros cuando abraza un poco de locura y fantasía.
Minagawa mejora en cada arco. Simplifica su composición, y reduce las líneas cinéticas para dejar viñetas mucho más espectaculares y secuencias de acción más dinámicas. También mejora en la caracterización de personajes, dotando de mejor definición a los que poseen un físico menos extremo, haciéndolos más reconocibles y personales.
La recuperación de una serie tan mítica entre el fan del manga y el anime es un gran punto a favor para Panini, que cada día mejora y aumenta su catálogo de cómic japonés.