Publicación integral de todo lo editado hasta ahora de la historia de Josephine Schuller, Lady Killer, un ama de casa que guarda mucho bajo su sofisticada elegancia. Panini Comics anuncia la venta del refrigerador que servirá para ocultar todos los cadáveres necesarios.
La dificultad de llevar una doble vida
No es fácil ser el sol durante el día y transformarse en la luna por la noche, ni ser al mismo tiempo el cura oficiante y el muerto de un mismo entierro. Tener que lidiar con dos aspectos diferentes de la existencia de cualquier persona puede convertir lo cotidiano en algo infernal. Josephine Schuller lo sabe muy bien. Tiene marido, dos hijas, una suegra y un perro, todo dentro de la misma casa. Hasta aquí nada que sorprenda, bueno, puede que la suegra rompa la imagen de un hogar tradicional y tranquilo. Lo extraño es que Josephine tiene otra actividad que está alejada de tardes interminables colaborando con la parroquia o jugando al bridge con sus vecinas.
La preciosa y escultural Josie tiene una segunda ocupación que muchas veces choca con las obligaciones que le genera la primera, esa que no quiere perder bajo ningún concepto, pues su familia, suegra cascarrabias incluida, son su prioridad, aunque no lo parezca. Aunque es posible que ejercer de asesina a sueldo a tiempo parcial le traiga más de un quebradero de cabeza a la hora de tener preparada la cena a la hora que su esposo viene de trabajar. Y nada de pedir comida a domicilio ni meter unas pizzas al microondas en cinco minutos, los solomillos no se fríen solos.
Femme Fatale
La Sra. Schuller, la más joven, que en esta historia hay dos, es en su fase asesina una verdadera mujer fatal, perfectamente capaz de valerse de su físico para conseguir acercarse a los hombres, aunque también puede mostrarse totalmente inocente y encantadora si el objetivo es una mujer. Pero la empresa para la que realiza esos encargos de baja moral está empezando a mirar con lupa su desempeño, a no ver con buenos ojos como Josie necesita la ayuda de su enlace Peck e incluso considera intolerable su intención de abandonarles, tras quince años de servicio en el norte de la Costa Oeste de Estados Unidos, Seattle, estado de Washington, para más señas.
Pero esta es una historia que se compone hasta ahora de dos partes, teniendo lugar la segunda cruzando de costa y pasando sur, a Cocoa Beach, Florida. Y aquí es donde la otra Sra. Schuller, una mujer ya mayor pero que en su juventud vivió sus propias aventuras, cumplirá con un papel más relevante. Todo bajo un prisma muy interesante que explora no solo la sociedad de 1962 y 1963 sino que ahonda en tiempos pretéritos y nos lleva a adentrarnos en temáticas que llegan incluso desde la Alemania Nazi de la Segunda Guerra Mundial. Los ingredientes perfectos para llamar la atención.
Marcando tendencia
Joëlle Jones es una artista muy completa, de líneas claras a la hora de dibujar, de mandíbulas angulosas y de trazo frenético. Pero su guión, ayudada de Jamie S. Rich en el primer volumen y en solitario de cara al segundo, es lo que sobresale totalmente en el retrato de una mujer que vive en paralelo atrapada en un mundo que ya no es lo que más desea como forma de ganarse la vida. Ella está enamorada de Gene y haría cualquier cosa por él. Adora a sus hijas ruidosas y juguetonas, incluso su suegra no es ni mucho menos su enemiga.
El ritmo con el que cuenta la narrativa es brutal, te arrastra a una crónica de violencia, a la necesidad de relacionarnos a veces con elementos de nuestras vidas que no son como desearíamos pero es lo que nos ha tocado. Un jefe tirano, compañeros de trabajo que se aprovechan de nosotros, un entorno social en el que no encajamos… pero superarlo está en nuestra mano aunque haya que cambiar algunas cosas por el camino. No sabemos si Josephine regresará como Lady Killer alguna vez pero lo que es seguro es que esa tercera parte la esperamos con ganas, ya sea en Boston o en San Diego, por completar cuatro esquinas del país de la bandera de las barras y estrellas.