La quinta entrega de estos Aliens de Marvel nos llega siguiendo la línea marcada en el tomo anterior por Declan Shalvey y Andrea Broccardo, con la participación de Danny Earls en un Annual muy especial. Panini Comics avanza de forma precavida ante una fina capa de hielo que puede resquebrajarse con facilidad.
¿Ha vuelto el mes mudo?
Hace unos años surgió una iniciativa que nos trajo las publicaciones de un mes entero en un formato novedoso que pudo gustar más o menos pero en algunos casos nos permitió disfrutar de algunas pequeñas joyas perfectamente entendibles sin una solo muestra de texto. No vamos a profundizar más en ello a la hora de hablar del primer Annual de esta etapa de Alien, pero esa curiosidad de Marvel nos viene a la mente a la hora de hablaros un poco de ese episodio actual que únicamente cuenta con los chillidos de los xenomorfos y alguna que otra onomatopeya para rodear a los dibujos de Danny Earls.
El Annual aprovecha para desgranarnos el origen de esa nueva forma de alien mostrada en el volumen anterior, aquel que ya nos ponía en situación sobre la luna helada LV-695. Ese xenomorfo de aspecto blanquecino surge de la mezcla de un abrazacaras con una criatura propia de la xenobiología de un mundo extraño y desapacible, lo que nos viene a enseñar la capacidad de adaptación con la que cuenta una raza de seres que son más que aptos para la supervivencia en situaciones límite.
En este caso no echamos de menos la falta de una narrativa textual pues el trabajo de Shalvey al guion y un dibujo expresivo son más que suficientes. Un interludio perfecto antes de continuar con la participación de Zasha Zhan en el canon de la franquicia.
Cada día le tengo menos cariño a Weyland Yutani
Si hay una premisa en cualquier manifestación literaria es que un héroe alcanza la relevancia necesaria en función de la maldad de sus enemigos. Esta empresa muchas veces desarrolla su villanía mediante sus empleados más recalcitrantes, incluidos sintéticos, esos seres artificiales con apariencia humana que tantos disgustos nos han dado para poder disfrutar al máximo de cada terrorífica aventura. Todo el Universo Alien no sería lo mismo sin esa sempiterna presencia de una empresa que, contra toda recomendación, se empeña en perseguir a los xenomorfos para usarlos para su beneficio… sin ninguna idea buena.
En esta ocasión, incluso tenemos el placer de encontrarnos con uno de los líderes de la misma, uno que lleva el apellido de una parte de la marca, Jun Yutani, una buena pieza que sumar a otros que antes cumplieron con la misma faceta.
Pero encima es de lo más repelente, alguien al que se teme desde la cuna, que casi se encuentra con reverencias a medida que avanza entre empleados que no quieren arriesgar su empleo. El regreso a la luna LV-695 tiene como objetivo recuperar a la nave Boreas… y además traerse unos especímenes de la nueva variante de alien, sacrificando las vidas que haga falta. Pero Zasha, oculta bajo el nombre de Cole, tiene otra misión, recuperar a Dayton, el sintético que estaba con ella y su madre cuando investigaban allí.
El arte de contar en diferido
Shalvey utiliza un recurso muy útil para ponernos en situación de lo que está por venir, emplear dos líneas temporales, una que transcurre cuarenta años antes y el presente de la historia que tenemos entre manos. Personalmente tengo que reconocer que ese giro de guion no lo he visto venir, por lo que he podido disfrutar bastante del planteamiento. El dibujo de Andrea Broccardo sigue siendo lo que necesita una buena aventura de Alien, visceral, oscuro, claustrofóbico, una delicia que paladear viñeta tras viñeta. Cada página que pasa es mejor que la anterior.
Tengo que reconocerme muy satisfecho con la nueva etapa que está viviendo la franquicia desde que Marvel comenzó a publicarla tras hacerse con los derechos de la Fox, tanto el inicio de Phillip Kennedy Johnson junto a Salvador Larroca y Julius Ohta (lo que se ha dado en denominar volumen 1), como la continuación de Shalvey y Broccardo. Y agarraos porque viene un Alien Black, White and Blood de lo más potente, del que os hablaremos cuando Panini lo lance en España y podamos acceder a su edición en formato grande y cubiertas flexibles, pero leída la edición americana también os recomendamos que sigáis atentos a esta franquicia que entretiene, aterra y sorprende.