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Reseña MARVEL OMNIBUS Conan el Bárbaro: La Etapa Marvel Original Volumen 7. Cuando Jim Owsley nos absorbió

Séptima entrega a gran formato de las aventuras del Conan el Bárbaro clásico con la llegada del guionista James C. Owsley, también conocido posteriormente como Christopher Priest. Panini Comics se lanza a una historia interesante con dibujo de John Buscema y remate de Val Semeiks.

Lo que antes no se vio

Conan salía de las manos de Michael Fleischer, anterior guionista de la serie, con la sensación de no terminar de enganchar hasta su última fase. Los números autoconclusivos o las historias cortas no dejaban ver el potencial que el cimmerio podía tener, como en los recordados tiempos de Roy Thomas. Por eso es de agradecer que desde el primer episodio. Si no contamos del todo los dos Annuals que se incluyen al principio del tomo. El guionista Jim Owsley se atreviera a ofrecer una historia que encadenaría más de veinte números americanos de la colección de Conan el bárbaro.

Poder ver como Owsley va desarrollando la trama es un deleite e incluso podemos diferenciar dos fases a lo largo de ella. Marcadas por un hecho intermedio que sirve de punto diferenciador pero no nos aleja de los mismos territorios ni del plantel de secundarios que van a acompañar a Conan el bárbaro a lo largo de estas páginas. Así que Keiv, un estafador de poca monta, el capitán zingario Delmurio y la joven, pero no tan desprotegida, Tetra, pasarán a ser la columna vertebral de una saga que va a tener a dos villanos principales, por una parte Imhotep, el Devastados de Mundos, un vampiro ancestral que amenaza con ser el final de todo lo que existe, y por otra el Devorador de Almas, al “servicio” del Consejo de los Siete, que se hallan en un castillo sito en un yermo de Shem.

La importancia de un entorno complejo

Ver la evolución que los personajes sufren a lo largo de las aventuras que viven en Zingara y Shem es un deleite. Siendo quizás Conan el bárbaro el menos afectado y más fiel a su encarnación habitual de esa época. Las transformaciones que llegan a padecer los demás les llevan a cambios que van desde lo físico a lo puramente emocional, con romances no correspondidos, traiciones y un amago de obtener una corona por parte del bárbaro cimmerio, rechazada pues su destino está en portar la de uno de los más grandes reinos de la Era Hyboria, Aquilonia. Conformarse con gobernar una ciudad pequeña y sus tierras circundantes no le llega en un momento en el que quiera comprometerse con la estabilidad que no le ofrece la amenaza de verse envuelto incluso en una Guerra Civil.

Además tenemos la adicción de Anneka, Kaleb, Shapur o Simeon para la parte relacionada con el Devorador de Almas, un villano cuya primera aparición tuvo lugar en el magazine de The Savage Sword of Conan #90, tres años antes que el material contenido en este volumen. Wrarrl, su verdadero nombre, entra dentro de los enemigos místicos del cimmerio pero muy alejado del concepto de hechicero. Es un demonio que lidera su propia horda cabalgando a lomos de un caballo negro con alas de murciélago y con una descomunal espada a la que no necesita sacar mucho partido pues su fuerza física es su mayor arma.

El débil trazo

La labor de John Buscema, sin dejar de ser complaciente con su estilo habitual, empieza a mostrarse agotada, poco favorecida en algunos momentos por los acabados de Bob Camp y Pablo Marcos, incluso apenas mejoran cuando es Ernie Chan, un habitual dentro de los finalizadores de Big John, quien embellece el conjunto. Buscema terminó por abandonar la colección antes de llegar al número 200, que lo encontraremos en la siguiente entrega de esta recopilación de la etapa clásica de Marvel. A partir del Conan the Barbarian #190 (los últimos cuatro episodios y alguna página más) los lápices recaen en Val Semeiks, un cambio que tampoco beneficia mucho a la serie, sobre todo por los grandes altibajos que presenta su trabajo.

Sin embargo eso no ensucia la narración de Owsley que resulta ágil y agradable de seguir. Por tanto nos encontramos ante una etapa que en mi opinión resulta más interesante que la anterior y que continuará en el próximo volumen, esperando que la experiencia de Conan con las mujeres sea un poco mejor que con Tetra y Anneka, con las que ha vivido unas ajetreadas aventuras que tienen resultados más que sorprendentes, con la primera en mayor medida incluso que con la segunda.

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