Segunda entrega de la nueva encarnación de Heroes Reborn que nos muestra cómo van a evolucionar los siguientes números de la colección. Panini Comics agrupa los episodios 2 y 3 USA donde tenemos como protagonistas a Hyperion y Borrón.
Érase una vez un mundo del revés
Un mundo sin Vengadores, sin que el Capitán América pudiese escapar de su tumba de hielo… hasta que apareció Blade para enmendar semejante despropósito. Pero mientras, como parte principal de los dos números que nos atañen, tendremos historias que nos van a contar lo que ha pasado en ese universo alternativo. Cada una de ellas estará protagonizada por un héroe diferente del Escuadrón Supremo de América, al tiempo que en las páginas finales, apenas cuatro o cinco por episodio, tendremos la continuación de las peripecias de Blade y los suyos.
La sensación que nos queda tras pasar una página tras otra es la de no estar cómodos con lo que estamos viviendo. Apenas causa interés aquello que nos cuentan sobre Hyperion o Borrón, literatura de relleno mientras la historia apenas avanza. Poco importa cómo llegaron a ser reconocidos como los héroes más poderosos en ausencia de nuestros Vengadores, lo sorprendente de sus hazañas y métodos expeditivos. Sabemos que todo está mal, que no es la realidad a la que estamos acostumbrados y tampoco resulta atractivo ver en apuros a Galactus o a Hulk ante un psicópata venido a más.
Por muy rápido que corras no escaparás de tu mediocridad
Borrón puede competir con cualquiera, le ganará, le humillará y se reirá de su gesta. No hay profundidad ni un desarrollo del personaje. Está todo muy tasado, ni siquiera se esfuerzan por hacernos ver a unos héroes con los que identificarse, como si usurpar el puesto ya viniera de serie, teniendo que esperar solamente a que pasados unos números recuperemos el statu quo habitual. Se les resta automáticamente la oportunidad de sorprender, de hacerse merecedores de sustituir a los Vengadores de forma honorable, parecen villanos que han aprovechado su oportunidad, como unos Thunderbolts, pero de medio pelo.
Ni siquiera los intentos por hacer agradable la lectura de estas páginas pueden considerarse especialmente acertados. Ni el humor ni la retrospectiva de algunos recuerdos de ese universo alterado terminan por llamar la atención, son el relleno hasta encontrar la necesaria revelación de cómo y por qué hemos llegado a esta situación. Jason Aaron lleva tiempo sin terminar de dar con la tecla. Sus Vengadores no están destacando dentro del panorama editorial de Marvel y el movimiento de Heroes Reborn tampoco está siendo ningún acierto.
La belleza del lápiz compartido
No podemos decir lo mismo de la parte visual de Heroes Reborn. Mientras las páginas que tratan brevemente de lo que Blade y el resto de los Vengadores hacen por recuperarse de la situación actual, a cargo de Ed McGuiness, mantienen la línea habitual de la colección de los Héroes más Poderosos de la Tierra, el plato fuerte viene con Dale Keown y Federico Vicentini. El primero nos ofrece una visión grandilocuente de los enfrentamientos más importantes a los que ha hecho frente Hyperion mientras el segundo dota de gran dinamismo y un ritmo ciertamente frenético a su trazado.
Por tanto, tenemos una doble lectura de este número doble que Panini Comics nos ofrece. Por un lado un argumento y disposición que apenas ofrece novedad y redunda sobre temas muy manidos pero por otra un apartado gráfico no solo agradable sino muy bien ejecutado. Recreamos la vista pero apenas despierta interés. Da la sensación de necesitar de muy pocas páginas para contar lo importante y solo nos mantiene en vilo conocer qué ha pasado para llegar hasta aquí. Así no vamos bien.