Y por fin concluye la primera saga del gran héroe de los ‘Guardianes de la Galaxia’, o por lo menos el más peludo. Cohete ha encontrado a su némesis y un gran secreto se revelará. Emoción, disparos, humor y algunas palabrotas llegan en el número 4 de la serie del mapache más famoso. No es el final, solo el primer paso de este pequeño ¿héroe?, que sigue atrayendo aficionados.
Scottie Young es uno de los dibujantes cómicos con más talento del panorama estadounidense, y muchos pensaban que una serie regular podría ser mucho trabajo. Cuando ya se anuncio que era el guionista, la verdad es que había grandes dudas sobre si el tremendo portadista sería capaz de hacer reír con mas que una simple pagina. Su arte en ‘El mago de Oz’ lo acreditaba perfectamente para poder hacerse cargo de una obra más extensa, pero escribirla, dibujarla y mantener la regularidad esa algo que asustaba a propios y extraños. El resultado, cumple perfectamente con lo que se le pidió, y admito mi error al pensar que le pesaría tanto una implicación completa en una obra.
Mapache Cohete cierra su primera trama con un montón de fuegos artificiales, con acción a todo trapo y con dos elementos imprescindibles. Humor a raudales y Cohete. Vale, Groot también está, pero si quiere ser el prota necesita más frases que «Yo soy Groot». Si, la trama era sencilla, pero adictiva, y en su resolución Young vuelve a cuidar los detalles. Un enemigo del pasado que nadie esperaba, una revelación, y lo que lleva dándonos durante los 3 números precedentes, acción, disparos y chascarrillos con muchos $%&%@# (tacos para todos los públicos en la versión Marvel).
La historia no tiene dobleces y el final es como toda la trama anunciaba, algo simple, y relacionado con el pasado de nuestro peludo protagonista. Relacionado, si; previsible, para ser sincero, no. Y ahí está lo bueno de Young, que no tenía mucho donde meter mano, la historia de Cohete es escasa fuera de los Guardianes, pero coge lo que tiene y te da un bofetón. Y en lugar del típico disgusto por un giro así, te partes de risa. He ahí el buen trabajo del artista, que te ha tenido entretenido y animado, y al final aceptas que toda la historia tiene que ser tan absurda como cuando empezó. Mapache comienza siendo perseguido por la ley, se escapa de la cárcel, se fuga con una especie de torero, se mete en medio de una batalla espacial con sus ex novias, acaba en un desierto tipo Mad Max, buscando a un remedo de Tina Turner en su Negociudad (pero en cutre con un taller de autos), y al final la pelea con el villano, y con sus ex (escena que me recuerda al Lobo: Infanticidio del gran Keith Giffen). No hay nada mas que contar, en el cuarto número ya solo queda la batalla y la resolución del misterio del otro mapache, ¿o no?
Llega nuestro héroe al final de su primera aventura lejos de sus Guardianes de la Galaxia y mantiene el nivel de historia y arte. Y eso le ha costado al autor lo suyo. Acostumbrado a hacer toneladas de portadas y trabajos con horizontes temporales mas largos, Young se toma un mes de descanso tras finalizar la saga. Pero tranquilos ha dejado un cliffhanger como la copa de un pino, al que han subido un piano, vamos que volverá con mucha pólvora.
Si siempre alabo la capacidad de Young para imaginar el espacio como una especie de escenario de fantasía con colores llamativos, es porque esa visión de la ciencia ficción resulta refrescante. Y en este cuarto numero sigue en esa tónica, con sus grandes diseños de pagina, su velocidad narrativa. Y con sus errores, algunos pasos abruptos o elipsis bruscas para ahorrar tiempo, que han estado en toda la serie. Pero es en este cuarto donde menos encontramos ya que solo hay un escenario, una secuencia, larga y divertida, y la elipsis de la pelea funciona.
Llevamos 4 meses con Cohete, y como dicen en la serie, si parece un pato y huele a pato … es un mapache. Gran serie llena de entretenimiento y peleas, con Groot que siempre es un gran añadido, diseños de personajes que pasan de la caricatura a lo imposible (el pez para saltos hiperespaciales es delirante y genial), y sin intención de ser nada más allá de pura diversión, sin infulas ni lecciones, solo Mapache Cohete haciendo lo que mejor sabe hacer, disparar y golpear.