El genial artista Alex Ross vuelve tras su legendario Kingdom Come a profundizar en el universo DC con una nueva edición de Justicia
Uno de los más conocidos ilustradores del noveno arte, Alex Ross, ha participado en las historias de algunas iteraciones más interesantes de los mundos Marvel y DC. Justicia no se desarrolla en un mundo alternativo, y se centra en una aventura que no es lo que parece, porque parece que los supervillanos son la única esperanza de la Tierra.
El fin del mundo, el apocalipsis que conduce al exterminio de la vida en la Tierra, la pesadilla de todos los habitantes del planeta, humanos o no. La visión de la destrucción inunda los sueños de los elegidos. La Liga de la Justicia y sus aliados, los defensores de la Tierra, caerán, no lograran el objetivo final de su existencia. Pero no son ellos los que han sido alertados, son sus enemigos. Los sueños han producido miedo, el miedo planes, y los planes necesitan de sacrificios. Los villanos se unen para evitar el fin, y son más peligrosos que nunca.
Alex Ross con el guionista Jim Krueger y el dibujante Doug Brathwaite componen una historia de la Liga de proporciones colosales. Todos los enemigos de los héroes unidos para combar el destino del mundo, demostrando que juntos pueden superar a los pocos defensores del bien que hay en la Tierra. La intención, enorme, una historia mayúscula, con un arte descomunal, el resultado es un tanto irregular. Muy bien en el apartado gráfico, y peor en el de la escritura.
Krueger es un escritor de los que saben cumplir de sobra como arquitecto de ideas de otros, y de forma individual es capaz de desarrollar historias concretas, con encanto dependiendo del personaje protagonista, pero nunca ha dejado huella en ningún título. La unión con Alex Ross, con ideas que suelen tener desarrollos titánicos para conclusiones concretas y mensajes muy específicos, da un texto que necesita de demasiadas explicaciones, y con poca desarrollo de la mayoría de personajes, no solo los secundarios (habiendo tantos es normal que muchos solo sean figurantes), sino que los principales también quedan pobremente desarrollados, solo siguen sus pautas y estereotipos clásicos, sin dobleces casi. Todo La historia conduce a un final que se supone sorprendente por el giro, pero que vuelve a ser una reiteración de ideas de Alex Ross ya planteadas en Kingdom Come y Project Superpowers, lo que no la hace aburrida, pero si le resta algo de fuerza a todo el conjunto.
El punto más elogiable de la obra es el arte. Con Alex Ross al timón no se podía dudar de que vamos a disfrutar un desfile de imágenes potentes, icónicas y maravillosas, de grandes escenas de batallas mitológicas entre dioses. Y cumple con todo esto, pero tiene a Braithwaite con él, y eso añade detalles muy importantes que Ross deja de lado demasiadas veces para buscar la excelencia del dibujo, la narrativa es mejor que en obras anteriores de Ross. Kingdom Come es preciosa, pero no se libra de muchos momentos de estaticidad o de elipsis cortas que rompen el ritmo. El británico ha dotado de esos pequeños detalles a la obra, haciéndolo mejor cómic y menor obra de arte pictórica.
Justicia de Alex Ross es una obra maravillosa de imagen, pero con una historia que parece monumental, pero acaba en algo visto repetidas veces. No es lo mejor de los autores, pero destaca porque la unión de todos ha dejado un comic bello, una aventura de las grandes de la Liga de la Justicia.