Llega el final de Invasores 2, la serie que reúne a los luchadores Marvel de la Segunda Guerra Mundial y la historia no puede estar más emocionante: Namor contra el mundo, y tiene las bazas para ganar.
Chip Zdarsky, nominado al Eisner cierra la historia que comenzó hace un año, un relato que une a los Invasores originales en una trama que retrata la dureza de la guerra, sus consecuencias, y transforma el Universo Marvel en algo mucho más real y duro. Pero todo lo bueno se acaba, y con este segundo tomo finaliza la andadura de la serie, pero no sus efectos.
La historia hasta el momento: Namor ha respondido a un ataque contra Atlantis lanzando una nueva arma, un arma biológica que transforma a los humanos en respirares de agua atlantes. El Capitán América y el resto de los Invasores seguían la pista de su antiguo compañero tras conocer uno de los grandes secretos del pasado del rey de los siete mares, Charles Xavier contactó con él antes de crear a su Patrulla X para ayudar a la especie mutante, pero ante su incapacidad de controlar al mutante atlante, decidió crear seguros mentales en su mente. Estos seguros, han estallado, antes produjeron épocas de locura, ahora Namor sufre una disociación de personalidad, y pretende destruir el mundo de la superficie.
Los Invasores es una serie que se mueve entre dos mundos. El actual, con el conflicto resultante de las manipulaciones que ha sufrido Namor, y la Segunda Guerra Mundial, el escenario donde se forjo una amistad que iba más allá de la lealtad, entrando en la hermandad, la de aquellos que han vivido lo peor de la humanidad, los actos más valerosos, y han tenido que luchar para que los primeros jamas se repitan. No resulta problemática esta mezcla de épocas, al no tratar de crear las causas del enfrentamiento actual en esos recuerdos, sino en los que descubren con su investigación, y se lee con fluidez y facilidad. Zdarsky es especialista en crear buenas historias, complejas y con varias lineas argumentales, pero que no resultan complicadas o farragosas, y eso, a día de hoy, es muy importante en un universo como el de Marvel, que tiene tantos eventos y nuevos reinicios que el lector a veces pierde el sentido del donde empieza o acaba una serie.
La trama concluye las lineas principales que plantea, pero su final deja en el aire varios interrogantes, sobre todo acerca de Namor y donde se encuentra el rey vengador y su reino tras su ataque contra la superficie. Pero seguramente, veremos todo esto acabar en otras series, o quizás en algún gran evento. Lo que si nos queda, es una grata impresión, con una serie que bebe del Marvel más clásico, pero no se pierde en el homenaje, expande ese mundo tan limitado que fue la 2ª Guerra Mundial para los Invasores, y lo llena de sentimientos de hermandad, de dolor, y de perdida.
Carlos Magno y Butch Guice han mantenido el nivel de la colección con un gran pulso. Cada uno encargado de una linea temporal, han dejado claro que saben contar historias, y que con estilos tan diferentes, pueden crear un sólido relato que puede pasar de uno a otro sin perder fuerza no adictividad En especial recordar a Guice, que recupera su buen hacer cuando trabajo con Ed Brubaker en el Capitán América.
En definitiva, una serie que mantenía un nivel notable, pero que no ha despertado el interés del público, seguramente más porque los Invasores no tienen el brillo de otros grupos de Marvel. Desde luego no por su calidad, que está a la altura de la mayoría de series de la editorial.