Godzilla el monstruo más famoso de la historia del cine vuelve el 15 de mayo a la pantalla gracias a Warner Bros. Pictures y Legendary Pictures. El responsable de la dirección es Gareth Edwards cuyo debut con la película de ciencia ficción Monsters llamo la atención del estudio para que pudiera dotarle de un aspecto más real a este nuevo acercamiento al Kaiju creado en 1954 por Toho.
EL LEGADO DE GODZILLA

En 1954, la empresa japonesa Toho Co., Ltd. estrenó la revolucionaria película de Ishiro Honda, Godzilla, en un país que aún se tambaleaba por las nefastas consecuencias de la II Guerra Mundial. La película fue un éxito mayúsculo en Japón y aún hoy, 60 años después, sigue siendo recordada en todo el mundo al condensar los miedos y horrores de la era atómica en una aterradora fuerza de la naturaleza: Godzilla. Para Gareth Edwards, director británico al mando de la épica revisión de la emblemática creación de Toho, Godzilla “es el monstruo de referencia con el que se compara el resto de películas del género”. El amor de Edwards por las películas japonesas de monstruos ya había surgido antes de descubrir en DVD la obra maestra de Honda de 1954, que le dejó fascinado por su interpretación duramente alegórica y su relevancia aún de plena actualidad hoy día. Regrabada parcialmente, suavizando alguno de sus puntos más controvertidos y doblada a varios idiomas, la película se estrenó fuera de Japón dos años después dando lugar al nacimiento de una leyenda. Durante los últimos sesenta años, el proclamado como “Rey de los monstruos” ha dejado una impronta sin igual en la cultura pop, sirviendo de germen para numerosas secuelas, todo un ejército de juguetes, y encarnaciones de todo tipo, desde cómics a videojuegos. En ese momento nació un género cinematográfico totalmente nuevo (denominado “kaiju eiga”) y Godzilla se convirtió en uno de los héroes cinematográficos más famosos y queridos del S.XX y, ahora, también del XXI.
Tull, coproductor del Godzilla de Edwards junto a Jon Jashni, presidente de Legendary Pictures, la veterana productora Mary Parent y el cineasta británico Brian Rogers, albergó durante mucho tiempo enormes ansias de llevar de nuevo a la gran pantalla a la titánica criatura en una película espectacular que conservase la esencia y la base humana del original.
Totalmente vinculado al desafío que supone reinventar un icono tan conocido, fue el poner al frente de un proyecto de tal calibre a un director que pudiera ofrecer un punto de vista fresco y una cuidada estética cinematográfica, a la vez que conservase el legado y la integridad de Godzilla. Todas esas cualidades las aunaba Gareth Edwards, un director emergente que arrasó en el mundo del cine independiente gracias a su galardonada Monsters, película que Edwards no solo escribió y dirigió, sino que también diseñó y rodó, a la vez que creaba los efectos especiales de forma rudimentaria en su propio ordenador.
La productora Mary Parent también quedó impresionada por el éxito independiente de Gareth Edwards, destacando que tanto su sensibilidad narrativa como su formación cinematográfica han hecho que todo el mundo confiara en que Godzilla estaba en buenas manos. Consciente de que se le había dado las riendas de una leyenda cinematográfica, Edwards buscó inspiración en el mundo que le rodea, tal como hiciera en su día Ishiro Honda.
Trabajando a las afueras de Londres, Edwards se embarcó en una maratón de sesiones de Skype con el guionista Max Borenstein, residente en Los Ángeles, para desarrollar una historia que recordase los orígenes de Godzilla pero, a la vez, descubriese los misteriosos acontecimientos que dieron lugar a su nacimiento en el mundo actual.
A pesar de haber nacido en Japón, el miembro del reparto Ken Watanabe no vio la película de 1954 hasta hace bien poco, y aprecia especialmente el meticuloso cuidado que Edwards ha puesto para honrarla: “La película original pone sobre la mesa la incómoda pregunta que la sociedad japonesa se planteaba en aquella época (nueve años después de las bombas de Hiroshima y Nagasaki), un momento en el que las cicatrices tanto físicas como emocionales estaban aún muy presentes. Gareth conoce muy bien esa película, y yo he intentado estar a la altura de su valor al revivir esa situación”.
Borenstein escribió el guion basándose en una historia de David Callaham, tras un gran trabajo de investigación que incluyó la visión de las 28 películas de Godzilla que ha producido Toho Co., Ltd., y que incluyen las series de Showa, Heisei y Millenium.
Antes incluso de que se hubiese rodado la primera escena de Godzilla, el director y los productores crearon un avance de 90 segundos para mostrar el tono que querían dar a la película. Este avance se estrenó en el Comic-Con International anual ante casi 7000 enfervorecidos fans. El metraje dejaba ver una ciudad reducida a cenizas, y la gigantesca criatura apareciendo entre el humo y el polvo y emitiendo su feroz rugido. A la vez, Edwards hace que suenen las inolvidables palabras de Robert Oppenheimer, “padre” de las bombas atómicas que redujeron a cenizas radioactivas las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, citando escritos hindúes para describir la incomprensible Caja de Pandora que se acababa de abrir: “Así me convierto en muerte, la destructora de los mundos”.
Godzilla siempre ha encerrado un gran misterio y una dicotomía en su interior: es un ser que se mueve por instinto y no va en consonancia con los intereses del ser humano y que, al mismo tiempo, deja patente su superioridad cada vez que surge del mar de forma implacable.
PERSONAJES
Godzilla se desarrolla en varios continentes y a lo largo de varias décadas, y va siguiendo el impacto de una serie de sucesos catastróficos de origen extraño, vistos a través de los ojos de un grupo de personas que se ven atrapadas en el epicentro de la historia. Teniendo eso en cuenta, Edwards quiso que el reparto estuviese compuesto por actores cuyas dotes interpretativas pudieran aportar realismo a las extraordinarias vivencias de los personajes. Aaron Taylor-Johnson (Kick-Ass) interpreta el papel principal de Ford Brody, un oficial naval especializado en la desactivación de bombas que acaba de reunirse en San Francisco con su mujer e hijo cuando le llaman para que vaya a Japón a ayudar a su padre, que se encuentra en apuros. La gran experiencia de Ford desactivando bombas le lleva a la vanguardia de la defensa unificada de la humanidad en contra de la mayor amenaza a la que jamás se ha enfrentado, pero Ford se debate continuamente entre el deber y su instinto de localizar a su familia para ponerles a salvo. La mujer de Ford, Elle Brody (Elizabeth Olsen), está atrapada en San Francisco cuando Godzilla centra su atención en la ciudad. Enfermera en uno de los hospitales más grandes de la ciudad, Elle se ve obligada a tomar duras decisiones para poder superar las graves consecuencias humanas del desastre, así como para proteger a su hijo de 4 años, Sam, interpretado por el debutante Carson Bolde.
Ken Watanabe interpreta a Serizawa, científico japonés que ha dedicado toda su vida a buscar a Godzilla y que espera encontrar en la cueva pruebas de la existencia de la mítica criatura.
En la película, el origen de Godzilla se vincula a una escena alternativa de la historia reciente, un oscuro legado que persigue a Serizawa, personaje cuyo nombre se debe a un personaje fundamental de la película original japonesa, en el que también está inspirado.
Sally Hawkins, que interpreta a Graham, la científica que acompaña a Serizawa, añade que la pasión que Edwards tenía en el proyecto inundó todas y cada una de las decisiones creativas que se tomaron durante el rodaje. Al compartir todas sus escenas con Watanabe, enseguida conectaron.
Al norte del mar de China Oriental, una serie de temblores afectan a la planta nuclear de Janjira, cerca del distrito de Tokio en el que Ford, interpretado en su infancia por CJ Adams, vive con sus padres Sandra y Joe Brody, interpretados por Juliette Binoche y Bryan Cranston. En 1999, ambos son científicos que trabajan en la planta nuclear y, la mañana siguiente a los temblores, su padre es el primero en lanzar la voz de alarma.
A pesar de que su papel más famoso es el del apasionante Walter White de la serie televisiva Breaking Bad, Edwards le recuerda en su papel de padre en la serie Malcolm, y desde el primer momento le vio en el papel de Joe.
A pesar de su gran afición por las películas de Godzilla, Cranston nunca se imaginó participando en una de ellas: “Por suerte, esta es distinta, como me dijo Gareth. Se ha ido un paso adelante en lo que respecta a los personajes, lo que hace que los elementos fantásticos de la historia sean aún más grandiosos ya que, mientras sigues el devenir de todos los personajes a lo largo de la película, puedes ver como toman tanto buenas como malas decisiones y cómo las relaciones entre ellos se enfrían o se afianzan. La película reúne los elementos de una buena película dramática, envueltos en una presentación de una grandiosa y épica película de monstruos”.
REVIVIR UNA LEYENDA DE 60 AÑOS
Para los encargados de supervisar un proyecto tan complejo, es probable que no haya habido nada más complicado o agotador que crear su acontecimiento más importante. El esfuerzo para lograr que Godzilla cobrase vida en pantalla con el máximo detalle y realismo posibles hizo que se reuniese a un gran equipo creativo que aunaba el talento de Matt Allsopp, diseñador principal de criaturas y concepto, con Andrew Baker, Christian Pearce y Greg Broadmore, diseñadores de criaturas de Weta Workshop, Ltd., además de ilustradores gráficos, artistas de animación de fotogramas de referencia y texturas de Moving Picture Company (MPC) y especialistas de sonido, movimiento y servicio, todos unidos en pos de la visión que Edwards tenía del personaje. Con casi 110 metros de altura (la mayor representación hecha en la gran pantalla), Godzilla se concibió desde el primer momento como una creación totalmente digital que conservaría la forma e identidad clásicas del personaje. Un ser bípedo, anfibio y radioactivo, armado con aletas dorsales dispuestas amenazadoramente a lo largo de toda su espalda, hasta acabar en su larga y articulada cola, Godzilla pertenece a la especie imaginaria Godzillasaurus, que los paleontólogos han vinculado con las familias del Tyrannosaurus Rex o el Ceratosaurus, con la única diferencia de que es algo más grande. Los esfuerzos del equipo por captar la esencia de Godzilla les acabó llevando a 1954, al emblemático traje de látex diseñado por Teizo Toshimitsu, de Toho, que creó junto a Eizo Kaimai, Kanju Yagi y Yasue Yagi. Llevado con estupendos resultados por el actor Haruo Nakajima, el prisma de Ishiro Honda lo convirtió en una especie de desastre nuclear hecho carne que exhalaba explosiones atómicas fácilmente visibles sobre un devastado Tokio. A pesar de lo innovadores que fueron para la época los efectos especiales que usaron en la primera película, el equipo sabía perfectamente que 60 años más tarde contaban con las herramientas que les permitirían dar vida de verdad a Godzilla.

Al igual que ocurre con sus compañeros humanos, el alma de Godzilla se refleja en su cara. A pesar de que la nueva encarnación va estrechamente vinculada a las dimensiones de su pequeño y empinado cráneo, amplio hocico y boca de carnívoro, para darle las expresiones adecuadas en medio de la batalla, el equipo analizó las expresiones de perros y osos, incorporando la elegancia del águila. Para asistirle en los entresijos del personaje, Edwards contó con la poderosa ayuda de Andy Serkis, pionero en captura de movimientos y colaborador de Rygiel en El señor de los anillos. Andy ha aportado su singular arte a personajes hechos por ordenador como Gollum, Caesar y King Kong, y ha ayudado a desarrollar el rango emotivo de Godzilla.
El último componente de la creación de Godzilla no es su apariencia sino los sonidos que emite. Akira Ifukube, compositor de la aterradora banda sonora que sonaba en la presentación del Godzilla de 1954, tuvo la idea de crear el famoso rugido usando un guante de cuero recubierto de resina y arrastrándolo por las cuerdas destensadas de un contrabajo, logrando Ichiro Minawa, diseñador de sonido y efectos musicales, el efecto final mediante el control de la velocidad de reproducción, lo que le permitió personalizar cada nota. Mucho antes de que diese comienzo la producción, el equipo reclutó a los oscarizados diseñadores de sonido Erik Aadahl y Ethan Van der Ryn (Transformers) para experimentar con diferentes técnicas e intentar recrear el escalofriante y desgarrador rugido de Godzilla, además de toda una constelación de sonidos que permitieran dar a la acción un toque visceral que hiciese que la gente saltase en sus butacas.
Los diseñadores de sonido utilizaron innumerables técnicas, llegando incluso a deslizar un guante de cuero recubierto de brea de pino sobre un contrabajo para lograr lo que parecía imposible. Dividiendo el sonido original en tres (un grito metálico, seguido de un gemido sensacional y un rugido final), los diseñadores de sonido realizaron innumerables pruebas con una gran variedad de sonidos hasta que lograron la combinación que mejor reflejaba el increíble tono dramático del rugido original de Godzilla.
La grabación de la interminable gama de efectos de sonido de otro mundo se realizó con una tasa de muestreo de 192 kHz con una alta resolución de 192-kiloherzios (imperceptible para el oído humano) que, posteriormente, se redujo a un nivel que el oído humano sí puede percibir. El sonido ambiente de la película también incluye entornos realistas en los que se desarrolla la historia, y Aadahl y Van der Ryn se desplazaron a exteriores para grabar en túneles y portaaviones.
Uno de sus objetivos era situar el rugido de Godzilla en el mundo real, por eso los diseñadores colocaron un sistema de sonido de más de 3 metros y medio de altura y tan ancho como un bulevar en una calle de los estudios de Warner Bros. en Burbank. Emitiendo el rugido mediante unos altavoces de 100.000 vatios dispuestos en línea, grabaron las reverberaciones que producía en distintos ángulos como el interior de un coche, dentro del escaparate de una tienda o en un callejón. No solo hacía que temblasen tuberías y tejados sino que también podía escucharse a casi 5km de distancia.
En el reino animal, un rugido puede expresar multitud de emociones pero sin duda es mucho más efectivo cuando se emplea como afirmación de dominancia cuando el Depredador Alfa se ve amenazado, lo que, en palabras del propio Edwards, ocurre sin ninguna duda en la película.
CÓMO CAPTAR UN MUNDO DISTINTO
Formado en el mundo del “háztelo tú mismo”, Gareth Edwards ha aterrizado en el mundo de las producciones mastodónticas con el mismo nivel de inspiración y recursos que aportó en su película independiente Monsters. Reuniendo a aquellos artistas cuyo trabajo ha admirado siempre, el director dio con un equipo de colaboradores rebosantes de ideas que no solo compartían su perspectiva del proyecto sino que la llevaban aún más allá.
El deseo principal que guiaba al director era tratar Godzilla como una historia antes que nada. Esta estrategia se tuvo en cuenta en todos y cada uno de los aspectos creativos de la película y ayudó a forjar un lenguaje visual que aportase verosimilitud incluso a los momentos más impactantes.
El director de fotografía, Seamus McGarvey, vio la primera película de Edwards cuanto se estrenó en el Festival de Cine de Edimburgo y quedó impactado por el ojo del director respecto a la interacción humana, incluso en circunstancias extremas.
Para integrar totalmente la acción real con los elementos creados por ordenador, toda la película se planeó empleando la previsualización, lo que ayudó a guiar al editor Bob Ducsay a la hora de montar las escenas, que a menudo implicaban fusionar previsualizaciones con tomas completas. La técnica de la previsualización, en continua evolución, fue también una herramienta de vital importancia para que Edwards transmitiese su visión a todo el equipo y a los actores antes de rodar las escenas más grandes para orientar su imaginación y ayudarles a la hora de decidir cómo actuar frente a su ausente compañero. Ya con las cámaras grabando, Edwards solía narrar la acción a través de un altavoz, justo como hacen los locutores de los eventos deportivos, subrayado en muchas ocasiones para dar un efecto más real, por una explosión activada por el coordinador de efectos especiales Joel Whist, o por el rugido que habían creado.
Al haber un montón de escenas peligrosas en medio del caos, dirigidas por los coordinadores de escenas peligrosas John Stoneham, Jr., Jake Mervine y el coordinador de la segunda unidad de escenas peligrosas, Layton Morrison, el proceso fue agotador para los actores. Además de a través de la dirección de una concatenación de secuencias emotivas, de acción y agobiantes mediante el uso tanto de los focos de luz disponibles como del diseño de iluminación y sombreado ambiental, McGarvey ha creado una capa más de contrastes visuales empleando una serie de lentes anamórficas de los años 70 en cámaras digitales de última generación Arri Alexa®.
Godzilla se desarrolla principalmente en dos épocas diferentes: 1999, en Tokio y Filipinas, y la actualidad. Se crearon un gran número de ilustraciones para diseñar los ambientes de la película y se acabaron construyendo cerca de 100 sets para hacerla visualmente interesante como creíble en lo que respecta al tiempo y el lugar.
La diseñadora de vestuario, Sharen Davis, también tuvo que fijarse en las épocas que aparecen en la película para crear un vestuario que no llamase la atención sino que quedase natural en los personajes y en sus vidas dentro de la historia.
Preservando la ilusión de algo inimaginable que impregna el día actual, Paterson diseñó y construyó los distintos ambientes de la película centrándose en aquello que pareciese más natural y realista.
El director, que pulió sus conocimientos de efectos especiales durante sus primeros años en la televisión británica, disfrutó trabajando con su pionero en efectos especiales, Jim Rygiel, que fue quien dio vida a la Tierra Media en las películas de El señor de los anillos. También tuvo la oportunidad de trabajar con John Dykstra, cuyo prestigio en el sector se remonta a las películas de La guerra de las galaxias, con quien elaboró algunos de los efectos especiales de la película. Las necesidades de efectos especiales de la película hicieron que se dividiese el trabajo entre dos empresas distintas, asumiendo la londinense Double Negative el trabajo con los ambientes, y la canadiense Moving Picture Company, el trabajo de creación de Godzilla. El reto era crear una interacción creíble y constante entre los elementos digitales y el mundo real.
El componente final fue la banda sonora de la película, que Edwards empezó a concebir incluso antes de alistar a Alexandre Desplat para que la compusiera y la dotara de persistente emoción a la película, además del toque de miedo siniestro y oscuridad que tiene lugar en Godzilla.
GODZILLA PROVOCA CORRIMIENTOS DE TIERRA
Tal como ocurre con su protagonista, la película tiene su inicio en Japón. La película se rodó en exteriores de la isla hawaiana de Oahu, Las Vegas (Nevada, EE.UU.) y Vancouver (Columbia Británica, Canadá), además de escenas adicionales en San Diego (California, EE.UU.) y Tokio (Japón). El diseño y creación de sets complejos con detallados interiores y exteriores corrió a cargo de Paterson y su equipo artístico, dirigido por Grant Van Der Slagt, director de supervisión artística, junto con los directores artísticos Dan Hermansen, Ross Dempster y Kristen Franson, y la decoradora de escenarios, Elizabeth Wilcox. Este trabajo se realizó en platós insonorizados y de exterior del Canadian Motion Picture Park (CMPP), en el barrio de Burnaby, en Vancouver. Una de las primeras escenas que se rodó fue en el Vancouver Convention Center, con su estructura cavernosa transformada tanto en el aeropuerto de Honolulu como en el de Tokio. Varios de los habitantes de la zona hicieron de víctima en varias de las escenas más dramáticas de destrucción. Las calles del centro de Vancouver se transformaron en el distrito financiero de un San Francisco asediado, para realizar una serie de evocadoras tomas. Elizabeth Olsen estaba presente en una de esas escenas, en la que se encuentra en medio de una muchedumbre de personas que, aterradas, huye del monstruoso enfrentamiento que está destruyendo su ciudad. También se recreó San Francisco en los platós de exteriores del CMPP. En uno de esos platós, Paterson usó un paisaje urbano ya existente y lo adaptó para que representase una pequeña calle del barrio chino, y también creó la entrada a un socavón gigantesco bajo ese barrio chino, que es el punto al que se dirige Ford cuando entra en la ciudad con un equipo de HALO.
El caótico socavón, al que Edwards bautizó como “La guarida del dragón”, se construyó en un plató y se decoró con multitud de coches estrellados, pedazos de edificio y escombros de todo tipo. Una vez acabado el rodaje de esta escena, el set se reconfiguró para que sirviese para representar la gigantesca caverna bajo la mina filipina derruida en la que los científicos Graham y Serizawa se dan cuenta por primera vez de que algo gigantesco y totalmente desconocido ha sido liberado al mundo. Edwards apunta que haber rodado ambas escenas en el mismo plató deja bien claras varias de las simetrías hiladas en torno al ADN de la película. Otro plató exterior que creó Paterson en los exteriores del CMPP fue un tramo de unos 120 metros del Golden Gate (cuya longitud real ronda los 3km). En él, Edwards ayudado por E.J. Foerster, veterano director de la segunda unidad, ubicó varios de los momentos culmen más emocionantes, con el famoso skyline de la ciudad dibujándose de fondo. Para lograr este efecto, Rygiel distribuyó varios equipos en lo más alto de varios rascacielos de San Francisco para que rodaran vistas en buena calidad desde distintos ángulos que pudieran abarcar los 360 grados del skyline, para que mediante el uso de la fotogrametría, les permitiera crear una ciudad en 3D. Otro lugar clave para la producción fue Finn Slough, un asentamiento finlandés de pescadores no incorporado y con más de cien años, ubicado en el curso del río Fraser en Richmond (Columbia Británica, Canadá). Prácticamente abandonado en la actualidad, los escasos habitantes de Finn Slough viven en casas de madera a punto de derrumbarse, tanto flotantes como construidas sobre pilotes a lo largo de la pantanosa ribera del río. Edwards usó este lugar único y bolsas de New Westminster, decoradas como si la naturaleza lo hubiera recuperado para sí, para hacerlos pasar por la zona de cuarentena de Tokio en la que se aventura Ford junto a su padre para localizar la casa en la que vivían en su infancia. Otras dos ubicaciones importantes de Vancouver fueron seleccionadas para emplearlas como la central nuclear de Janjira: para los exteriores se eligió la decadente y abandonada fábrica de papel de Catalyst; y para los interiores, la planta de tratamiento de aguas residuales de la isla Annacis, al sur de Vancouver, aumentada por un evocador plató de las salas nucleares. Entre otras de las ubicaciones escogidas en Vancouver están la orilla del lago Alouette, en el parque provincial Golden Ears, donde Edwards situó un rescate en helicóptero en medio de un paisaje de destrucción total; y los muelles de Steveston, que se convirtieron en el famoso Fisherman's Wharf de San Francisco. Una vez terminada la parte canadiense del proyecto, el equipo se trasladó a Oahu, la más poblada de las islas que forman Hawaii, para rodar en distintas ubicaciones que van desde la playa de Waikiki a una cantera que sirvió como entrada de la mina derruida. Para el rodaje de la escena principal de la película, el equipo se desplazó a la costa oriental de Oahu (también conocida como Windward) para reproducir un atolón del Pacífico en el que se realizaron pruebas con bombas de hidrógeno a comienzos de los años 50 y que, de hecho, tuvo trágicas consecuencias con pérdida de vidas el año mismo en que se estrenó la película original de Godzilla. Posteriormente, el equipo aterrizó en Pearl Harbor, lugar histórico por su relación con los hechos que desencadenaron la entrada de EE.UU. en la II Guerra Mundial, y que se utilizó tanto como base naval como recuerdo en honor de quienes perdieron la vida en aquel acontecimiento. Allí, Edwards situó tres escenas a bordo del USS Missouri, con el histórico “memorial flotante” siendo sustituido por el gigantesco acorazado USS Saratoga que sigue a Godzilla por todo el Pacífico. Tras irse a la cercana base aérea de Hickam, Edwards grabó a Aaron Taylor-Johnson dentro de un avión C-17 real para recrear los momentos previos a su entrada en San Francisco con los HALO.
James D. Dever, asesor técnico militar de la película con experiencia en saltos HALO, trabajó junto a JT Holmes, coordinador de escenas peligrosas y saltos HALO, para lograr el mayor realismo posible para el dramático salto. Además de servir como asesor militar respecto a los distintos aparatos utilizados (tales como cadenas de mando, terminología, equipos, armamento y los distintos emplazamientos), Dever también hizo de colaborador del Departamento de Defensa de Estados Unidos para garantizar la integridad de las distintas herramientas militares, además de como ayudante de los soldados tanto estadounidenses como canadienses que interpretaron a la mayoría de militares que aparecen en la película.
El equipo también se adueñó durante dos días de parte de la primera línea de la popular playa de Waikiki para grabar varias escenas de la llegada de un tsunami que acaba con el icono más reconocible de la playa, la Torre Hilton Rainbow. El equipo logró lo que parecía prácticamente imposible al cerrar durante 15 horas la zona comercial más famosa de Waikiki, Lewers Street, para rodar escenas en las que cientos de extras intentaban huir de la gigantesca ola. Una vez terminado su propio proyecto épico para lograr cumplir esa promesa, Edwards compara la experiencia con el momento en el que el personaje principal de la película, Ford, mira por fin cara a cara al legendario dinosaurio. En palabras del propio Edwards: “Antes de empezar, pesaba sobre mí una intimidatoria y pesada carga. Ahora, llegado el fin del proceso de creación de la película, empiezo a ser consciente de que Godzilla se ha convertido en mi salvador. He contado con el inestimable apoyo de muchísima gente talentosa que ha trabajo incansablemente para lograr finalizar este proyecto y que sea perfecto, y lo han conseguido. Estoy muy orgulloso de haber dirigido esta película. Si se me va a conocer por un género cinematográfico concreto, me encantaría que fuese por las películas de monstruos. Y no existe ningún monstruo en el mundo mejor que Godzilla”.