Mike Mignola se rodea de dos de sus fieles colaboradores, Duncan Fegredo y Dave Stewart, en el cómic ‘Hellboy. El circo de medianoche’
Mike Mignola publicó el divertido y breve cómic sobre Hellboy ‘Tortitas’, de solo dos páginas, en 1999. La peculiaridad era que mostraba a un Hellboy de dos años probando por primera vez las tortitas y enamorándose de ellas mientras en la capital del infierno Pandemonium todos los seres infernales se retorcían ante aquella catástrofe. «Estamos viviendo nuestro peor momento«, dice Astaroth, gran duque de las regiones infernales y tío de Hellboy. Mignola admitió que no estaba interesado en realizar un cómic sobre su personaje estrella de joven, pero ante la propuesta de Dark Horse se le ocurrió hacer una breve historia sobre tortitas.
El interés por dibujar a un Hellboy niño sí le vino a Mignola muchos años después. De hecho, Norma Editorial acaba de publicar el cómic ‘El circo de medianoche’, protagonizado por un pequeño Hellboy, soñador, muy niño, muy inocente, lejos de aquel brusco, cínico y a veces antipático, pero entrañable investigador en el que se convertirá muchos años después. Para ello Mignola se rodeó de dos de sus habituales colaboradores como son Duncan Fegredo al dibujo y Dave Stewart al color. Los dos, junto a Mignola, formaron el equipo que cerró la primera etapa de las aventuras del chico del infierno con ‘La tormenta y la furia’.
Esta breve y tierna historia se sitúa en 1948 en Farfield, en el cuartel general de la Agencia para la Investigación y Defensa de lo Paranormal cuatro años después de la llegada de Hellboy al mundo. El niño escapa cuando escucha a aquel al que llama padre, el profesor Trevor Bruttenholm, hablando con otro miembro del centro llamado Malcolm. Él le avisa sobre Hellboy, como tantos otros avisarían sobre las calamidades y el destino que conlleva el demonio rojo: «El chico es peligroso, Trevor. Tienes que creerme (…) Y aún no consigo hacerte entender el peligro que supone«. A lo que el profesor le responde: «No importa lo que fuera antes… Ahora no es más que un niño«.
No es más que un niño y un niño es lo que vemos en este cómic. No despedaza a nadie con su mano derecha del destino -solo un golpecito-, ni tampoco suelta sus habituales palabrotas -aunque lo intenta-, ni rompe ni hace estallar nada. Es un pequeño que tendrá uno de sus primeros contactos con aquel mundo onírico, mágico y terrorífico al que combatirá con todas sus fuerzas en un futuro.
Hellboy decide escaparse de la base y fumarse el que sería uno de sus primeros cigarrillos. Sin embargo, le llaman la atención un extraño payaso y su perro que le atraen hasta un circo. Allí cambia por completo el cómic con un dibujo y un color distinto, más tenebroso, y comienza la recreación de ese mundo mágico y mitológico de Mignola, con la aparición de todos los actores del circo que se irán convirtiendo en seres extraños y demoníacos.
Mignola equipara magistralmente en la historia la huida de Hellboy con el cuento de Pinocho de Carlo Collodi, una de las historias preferidas del niño. Hellboy es acompañado por un miembro del circo, alguien que conoce más al niño que nadie en el mundo (su tío Astaroth disfrazado). De hecho, le recuerda que Pinocho quiso ser otro y cambiar su estado natural. Lo mismo sucede con Hellboy y su objetivo. Él quiere ser humano pero su fatal destino de destruir el mundo le persigue. En la historia se le presenta la primera tentación para llevar a cabo el objetivo por el que nació, aquel objetivo que nunca aceptaría, hecho que le haría ganarse muchos enemigos.
En 2014 se cumplieron 20 años desde que apareció el primer e imprescindible cómic de Hellboy: ‘Semilla de destrucción’. Ahora, 21 años después, Mignola parece decidido a no poner fin a la mitología del personaje ni tampoco a sus aventuras mágicas. ‘El circo de medianoche’ es un nuevo enfoque para entrar en el mundo de este ya clásico personaje del cómic.