El final está aquí, y el plan solo puede funcionar o derrumbarse. Solo un Batman vencerá, pero siempre, acabará riendo.
Scott Snyder creó a un personaje que ya ha pasado por derecho propio a la galería de villanos más peligrosos del detective, el Batman que ríe, es la imagen más distorsionada que jamás hayamos podido ver del murciélago, pero, ¿también lo es de Bruce Wayne?
El plan del murciélago oscuro es convertir Gotham en un matadero, transformarlo en una pesadilla llena de risas y sangre. Los medios ya los tiene, los ha robado de la identidad civil de Batman y sus planes. Lo que debía proteger a la ciudad de una catástrofe semejante se ha convertido en un arma que apunta directamente a su cabeza. Y el único que puede combatirlo está en camino de transformarse en el villano que persigue, y, quizás, esa sea su última esperanza.
Llegamos al penúltimo número del combate del siglo para Batman, y el guionista Scott Snyder comienza a descubrir sus cartas. No es el crimen lo que interesa a la versión oscura de Bruce Wayne, es transformarlo, enseñarle a ser el mejor Batman posible, y lo hace enseñándole lo inútil que es contra sus planes, lo inservible que es buscar el control por encima de todo. Ha perdido la ciudad, a su mejor aliado, y el único que todavía confía en él es Alfred, incluso él mismo duda de poder volver atrás. Envenenado por el Joker, va camino de convertirse en un monstruo, y creer que esta es la única solución puede ser su perdición.
Snyder ha tejido una historia alrededor de un gran y maquiavelico plan, que en realidad oculta que el arma más poderosa del Batman que ríe no es el veneno, si no el metal, esa oscura sustancia que le permite traer a otras versiones oscuras de si mismo, para amenazar a Gotham, y convencer a Bruce de que para ganar, tienen que ser como él. Pero está Alfred, y Gordon, sus brújulas morales, aquellos que han evitado siempre que su lado oscuro se apoderara de él. Pero tampoco Gordon está alejado de este lado tenebroso, lo ha vivido en su sangre, y su hijo no parece mejorar, ha engañado a todos, y al final se descubre que sigue consumido por unas ansias asesinas y por un mal que se crea en su mente, y que no puede evitar desear.
Toda esta oscuridad está planteada a la perfección por la pluma de Jock, autor que tienen un estilo personal y poderoso, que busca entrar en tu abdomen y retorcer tus tripas, y lo hace. El Batman que ríe que habíamos visto antes de esta serie, era un ser oscuro y deforme, terrorífico, en manos de Jock es un ente oscuro tan profundo y malvado, que no deja atisbo para ninguna luz. Con páginas que se despliegan como aves de mal agüero para llevarte a las sombras y dejarte enterrado en ellas.
La trama se cierra, los elementos se han desplegado para el final, y Snyder ha preparado una batalla final, no solo física, sino dialéctica. Porque al americano le gusta que las palabras hagan tanta sangre como los golpes, y se le da bien.