Es un visionario o tiene información privilegiada, pero el director de estas películas de ciencia ficción sabe hacia dónde va la humanidad.
Andrew Niccol (1964) es un cineasta único en el ámbito de la ciencia ficción, ya que cada uno de sus guiones que transforma en películas, son un reflejo de su visión del futuro, lo que le otorga una capacidad sorprendente para anticipar desarrollos sociales y tecnológicos.
Lo más curioso es que cuando estrena sus películas de ciencia ficción pueden parecer exageradas, pero si pasa suficiente tiempo parecen proféticas. Ahora tú puedes decidir si Andrew Niccol tiene más información que el resto o simplemente es un tipo listo. Déjame tu opinión en los comentarios.
Repaso a su filmografía.
Andrew Niccol es un director, guionista y productor de Nueva Zelanda (Paraparaumu, distrito Kapiti Coast) que comenzó haciendo videoclips en Londres y luego se marchó a Hollywood a probar suerte. La leyenda dice que paseó el guion de El show de Truman por los diferentes estudios de cine hasta que consiguió venderlo, sin embargo, no dejaron que lo dirigiera por ser un desconocido. Pero antes de que se estrenara esta película, curiosamente ganó fama por su primer largometraje de ciencia ficción: Gattaca.
Gattaca (1997).
La ópera prima de Andrew Niccol, nos sumerge en un mundo donde la genética predice el destino de cada ser humano. La trama sigue a Vincent Freeman, un «no-válido» que aspira a ser astronauta en una sociedad donde los «válidos», personas genéticamente mejoradas, dominan todos los aspectos de la vida. La película aborda los dilemas éticos de la manipulación genética, un tema que, en el siglo XXI, está más presente que nunca con el avance de la edición genética y CRISPR.
Andrew Niccol mostró un futuro donde la ciencia genética no solo mejora la salud, sino que también segrega a las personas, planteando preguntas sobre la ética del perfeccionamiento humano. Por ahora, esto no está pasando, pero se está avanzando mucho en ese campo.
Simone (2002).
En Simone, Andrew Niccol cuenta la historia de un director de cine que crea una actriz digital que se convierte en una estrella mundial. Este personaje virtual parece tan real que nadie sospecha de su naturaleza artificial. Aunque en su tiempo era una fantasía, hoy vivimos en una era donde los influencers virtuales y personajes creados por inteligencia artificial tienen una presencia importante en redes sociales.
Andrew Niccol predijo cómo la tecnología podría construir figuras públicas sin necesidad de una persona física detrás, adelantándose al debate actual donde actores pueden ser hasta rejuvenecidos o incluso revividos digitalmente.
El señor de la guerra (2005)
Aunque El señor de la guerra no anticipa un futuro específico, aborda temas importantes sobre la industria del tráfico de armas y la moralidad de la guerra. Protagonizada por Nicolas Cage, esta película muestra cómo los mercaderes de armas se benefician de los conflictos en todo el mundo. Niccol profundiza en los dilemas morales que rodean este comercio, un tema que sigue siendo relevante en el contexto geopolítico actual. No es una visión futurista, pero sí una reflexión sobre los horrores del presente.
In Time (2011).
Esta película de ciencia ficción nos presenta un mundo donde los humanos no envejecen más allá de los 25 años, pero deben ganar o comprar tiempo para mantenerse con vida. En este futuro distópico, el tiempo es la moneda de cambio. Aunque parece un concepto lejano, la película anticipa una preocupación creciente: la desigualdad económica exacerbada por el avance de la tecnología.
Con la digitalización del dinero y las discusiones sobre criptomonedas y CBDCs (monedas digitales de bancos centrales), Niccol parece prever un futuro donde el capital puede tomar formas más abstractas y controladoras, incluso insinuando debates sobre la renta básica universal.
The Host (La huésped) (2013).
Basada en la novela de Stephenie Meyer, The Host explora un futuro donde la Tierra es invadida por parásitos extraterrestres que toman el control de los cuerpos humanos. Aunque esta película no pretende predecir el futuro de la humanidad (al menos eso espero), toca el miedo primigenio al control externo.
Esta película parece más un encargo debido a la fama en esa época de las adaptaciones de Crepúsculo que también escribió Stephenie Meyer. Es decir, no creo que Andrew Niccol piense que realmente existan seres parasitarios venidos de planetas lejanos o de otras dimensiones. ¿Verdad?
Good Kill (2014).
En Good Kill, Andrew Niccol aborda el uso creciente de drones en la guerra moderna. La historia sigue a un piloto de drones (interpretado por Ethan Hawke) que lucha con el dilema moral de combatir a distancia, sin enfrentar directamente las consecuencias de sus acciones. En ese momento, el uso de drones en combate no era tan común como lo es hoy.
La película predice la normalización del uso de drones en conflictos bélicos y también los debates éticos que conlleva, como la deshumanización del combate y el aumento de los ataques precisos, pero moralmente cuestionables.
Anon (2018).
Con Anon, Andrew Niccol regresa a la ciencia ficción mostrando un futuro distópico donde la privacidad ha sido completamente eliminada. En este mundo, todo lo que una persona ve y hace es registrado y vigilado por el estado.
La película aborda el impacto de la vigilancia total, algo que en la actualidad se vuelve cada vez más plausible con la proliferación de cámaras, redes sociales y tecnologías que monitorean nuestras vidas. Anon ofrece una sombría predicción sobre hacia dónde podría dirigirse la sociedad si se normaliza la falta de privacidad en nombre de la seguridad.
Es innegable que es un futuro no muy lejano que podría ocurrir.
El show de Truman (1998).
Aunque Niccol no dirigió El show de Truman, fue su guionista. Esta película icónica, protagonizada por Jim Carrey, muestra a un hombre que vive una vida normal sin saber que todo su mundo es un escenario televisivo gigantesco, bajo un domo y observado por millones de espectadores.
Te imaginas que con esta película Andrew Niccol tratara de decirnos que vivimos dentro de un domo mientras nos observan y nos controlan desde la luna. Una Matrix donde está todo predefinido o un mundo creado que no es como pensamos. No creo que sea una metáfora de la realidad, aunque hoy en día es una película que se sigue estudiando por su simbolismo. ¿Tú qué opinas?
Reflexión final.
Andrew Niccol no solo es un visionario del cine, sino también podría ser un cronista del futuro, ya que solo hay que repasar los años de estreno de sus historias para descubrir que algo sabe. Sus películas de ciencia ficción, aunque a veces fantasiosas, abordan temas que parecen anticipar desarrollos reales en tecnología, genética, economía y privacidad. Cada una de sus obras es una exploración sobre el impacto de los avances científicos y tecnológicos en la humanidad, y en muchos casos, podrían servir como una advertencia sobre el futuro que estamos construyendo.