Predator: La Presa se estrena en Disney+ y nos ha regalado la que podríamos considerar de largo la mejor película de la saga.
Prey (Predator: La presa)es la nueva entrega de la famosa franquicia del depredador más conocido del cine que regresa con el director de La Calle Cloverfield 10 para reformular el concepto llevando al alienígena a la época del salvaje oeste para enfrentarlo contra una nativo americana que tendrá que demostrar su valía. Convirtiendo al depredador en presa.
Aprovechando el estreno de la nueva de película haremos un repaso por toda la saga cinematográfica de la peor a la mejor.
7. ALIEN V PREDATOR: REQUIEM (2007)
Todo mal en Alien v Predator 2. Para empezar la película es muy oscura. Y no hablo en términos de formas. Sino que no se ve casi nada. Encima la acción se desarrolla en su mayoría de noche y bajo la lluvia. Un clásico para enmascarar la falta de presupuesto en el CGI. Pero en esta película se pasan.
La historia se pliega para enfrentar a los Aliens y los Predators usando como campo de batalla el típico pueblo americano. Una guerra intergaláctica con el añadido del híbrido Alien Predator.
Una historia que no tiene ningún tipo de sentido argumental en el que enlazan las historias personales de los protagonistas que nunca logran calar porque todos sabemos que serán carnaza para las criaturas que acechan en las sombras. Una retahíla de secuencias que sí es cierto que ofrecen momentos imborrables, es esa inconexión lo que hace que desconectes de la película.
Luego tienes el rechazo inicial cuando se cargan a un crío, un perro, un viejo, se van a por las embarazadas… Se cargan un pueblo. No sé. Da mucho miedo. Pero me dan más miedo los Estados Unidos que los propios bichos. Paradójico o no.
La secuela de Alien v Predator certificó la muerte de la franquicia y a partir de aquí volvieron a separar los caminos de Aliens y Predators en el cine. Y no sé qué fue peor.
Lo peor es que se tomó muy en serio a sí misma y acabó siendo un auténtico despropósito. Una película de serie Z estrenada en cines que lapidaba a dos franquicias sin ningún tipo de pudor. Lo que hicieron con esta película fue un insulto a las dos grandes sagas cinematográficas de Alien y Predator.
Sí que es cierto que se establecieron paralelismos y homenajes pero consistía en hacer algo digno y no un verdadero esperpento. Infumable.
6. ALIEN VS PREDATOR (2004)
La película dirigida por Paul W. S. Anderson se enfrentaba a la ardua tarea de contentar a los fans de ambas franquicias y aunque reinterpreta lo que le vino en gana, he de decir que me pareció una película más que cumplidora en la que los Depredadores tuvieron su papel dentro del mito que crearon, los humanos también y por descontado los Aliens.
El reparto casi pasó sin pena ni gloria y aunque con sus guiños incluidos no pasó de allí. La excusa que buscaron y como hilaron ambas franquicias me pareció todo un acierto. Además de ofrecer lo justo que se pedía. Una gamberrada en la que veríamos por fin enfrentarse a estos dos seres intergalácticos. Con los humanos como daños colaterales y ganado.
Un aterrador espectáculo que trajo lo mejor de Aliens y Predator en un cóctel que hizo las delicias de todos. Tampoco íbamos a pedir una película existencialista que nos removiera el corazón.
Alien v Predator es una aventura sin desenfreno en la que reunió a dos monstruosidades del cine y las enfrentó en una película que no permite respiro alguno. Pudo haber sido mejor pero después de lo visto en la secuela ya pudimos darnos con un canto en los dientes con Alien v Predator.
5. PREDATOR (2018)
Shane Black el director de Arma Letal, Iron Man 3 y uno de los protagonistas de la película original de 1987 se puso a dirigir la que pasaba a convertirse en una nueva secuela de Predator en la que presentaron al Súper Depredador.
Predator es un homenaje a los excesos de los ochenta que a su vez oculta un mensaje diseminado en los personajes y sus conflictos que huelen a rancio. Y es perturbador.
Los protagonistas son unos ex soldados condecorados que se verán envueltos en mitad de la llegada de estos Depredadores que nunca parecen concretar cuál es el conflicto que los ha llevado a la Tierra ni nada por el estilo. Tenemos a un marine todo terreno que pondrá en peligro la vida de su hijo con síndrome de asperger. Mientras son perseguidos por el Gobierno de los Estados Unidos y Depredador Alpha. Porque sí. Más grande y más fuerte. Es lo que necesitaba un Depredador.
Predator se convierte casi en una parodia de la original que no se toma en serio ni a sí misma y menos mal. Porque es lo peor.
La película de 1987 hizo que me interesara por la ciencia ficción y en esta película no encontramos nada que llame especialmente la atención. Definitivamente esta película parecía haber lapidado la saga de Predator.
La trama es un sinsentido al que mejor no buscarle coherencia porque a lo que venimos es a ver como los Depredadores empiezan a cazar pero claro… Si nos alejamos de la base y de la jungla. Nos encontramos con un esperpento que intenta ofrecer algo novedoso pero se hunde en arenas movedizas.
El componente del suspense y el terror de la primera se lo ventilan en esta para ofrecernos una película de acción genérica que no crea poso más allá del fundido en negro que anuncia el final.
La banda sonora, los diálogos, las secuencias, todo es un constante guiño a las míticas películas de Depredador pero de la nostalgia no se vive y si los personajes no llegan a cuajar ni los añadidos posteriores como ése Caza Depredador.
Lo único que eché en falta en la película es que metieran Aliens porque perfectamente colaría como una secuela de Alien v Predator. Fue pervertir la esencia de la saga y vender una película sin más. Perezosa.
4. Predator 2 (1990)
La secuela de Predator se conforma con el cuarto lugar. Stephen Hopkins se puso tras las cámaras de la secuela de Depredador que en los ochenta imaginó un casi futuro distópico ambientado en Los Ángeles de 1997 consumida por una truculenta guerra de bandas por el control del crimen en la ciudad. El mensaje estaba claro. Cambiar la jungla por la jungla de asfalto.
Y siguiendo la línea del cine de los ochenta la secuela nos ofreció un espectáculo mayor con Danny Glover partiendo la pana en una futurista visión de los noventa que pondría foco en el regreso del Depredador más despiadado que nunca. Acompañado por unos secundarios de lujo que aportan carne fresca al Depredador.
Pero la verdad es que la película no ha envejecido nada bien. Y eso le pasa factura. Para mal. Aparte de tener unos personajes bastante histriónicos y desfasados. Los efectos especiales tampoco acompañaron. Y perder el elemento exótico de la selva. El suspense. El terror. Añadieron más explosiones. Más batallas. Moló el clímax final en el matadero. No lo negaré.
Los personajes exceptuando Danny Glover están para que sean destripados por el Depredador quien pierde ése misticismo de la primera en pos a mercantilizar aún más su imagen para ofrecernos más una película de acción.
Depredador es una secuela cumplidora que intenta ir más allá de su predecesora pero acaba repitiendo el mismo esquema con más de todo. Pero no por ello mejor. Siempre dicen eso de que las segundas partes nunca fueron buenas. Pues tenían razón.
3. PREDATORS (2010)
En tercer lugar tenemos Predators. Nimród Antal dirigiendo y Robert Rodríguez produciendo. La tercera entrega oficiosa de Predator dejaba claro que aún había mucho por contar de estos seres cazadores intergalácticos.
Exceptuando a Adrien Brody que no me trago como el gran protagonista por mucho que se inflara en el gimnasio. Su personaje no me casa con la película. Pero aún así lo tenemos ahí como si fuera el héroe todoterreno capaz de eliminar a todos los Predators que le echen encima.
La propuesta me pareció lo suficientemente atractiva como considerarla una digna secuela de la original y dejando atrás Alien v Predator la nueva película así abrazaba las formas.
Robert Rodríguez se encargó de homenajear la Predator original replicando la atmósfera opresiva de lo inhóspito de la jungla y añadiendo a la ecuación nuevos mimbres venidos de los rincones más oscuros de la Tierra. Todos asesinos.
Reunidos en un inhóspito planeta donde los darán caza. Un grupo de asesinos y soldados se verán envueltos en la cacería macabra de Yautja quienes ahora en grupo darán caza a los humanos en su territorio.
Por descontado los personajes irán cayendo uno a uno de las formas más aterradoras posibles pero exceptuando lo predecible del orden en el que van cayendo los protagonistas también encontramos giros argumentales que hacen más atractivo el viaje.
Predators nunca deja de rendir pleitesía a la original y tal vez fue uno de sus mayores pecados.
Pero por lo demás tenemos una secuela más que cumplidora que dejó claro cuál era el verdadero potencial de la franquicia y que aún había gente capaz de extraer oro.
Tal vez lo peor de la cinta sea el ritmo ya que sabe jugar con el suspense y la expectación para dinamitar todo en pos a sorprender al espectador.
A pesar de algunas conveniencias del guion considero que Predators es una de las mejores películas de la franquicia porque supo jugar con el lore y consigo misma para ofrecer un producto digno de los ochenta en pleno Siglo XXI.
Intencionado o no. Predators nació fuera de su época.
Y es ése constante tira y afloja que tal vez no hizo que pudiéramos disfrutarla como se merecía.
Los personajes vuelven a convertirse en carne de cañón para los Depredadores y los suyos y poco más.
Predators nos devolvió las bases con las que la saga nos había fascinado y salió bastante bien parada en comparación con lo que habían sido sus hasta ahora secuelas.
No es la mejor pero tampoco la peor.
2. PREDATOR: LA PRESA (2022)
Ambientada en el mundo de los comanches a principios del siglo XVIII. Narra la historia jamás contada de Naru, una joven guerrera, valiente y habilidosa, que ha crecido en el seno de los mayores cazadores que habitaban las Grandes Llanuras. Sabe que es capaz de hacer lo mismo que el resto de cazadores y no duda en proteger a su tribu de los peligros que acechan a su asentamiento. Naru va ataviada con las armas más primitivas para perseguir y enfrentarse a su presa, que resulta ser un depredador alienígena super desarrollado con un arsenal de alta tecnología, lo que provoca que se envuelvan en una lucha encarnizada de lo más aterradora.
Dan Trachtenberg se pone detrás de la silla del director tras alguna serie de televisión como The Boys y Calle Cloverfield 10 y nos regala la que podríamos considerar no una de las mejores películas de la saga de Depredador sino la mejor.
Y es que Depredador: La Presa vuelve a los orígenes, hinca sus garras en lo que fue la primera película de Predator y explota lo mejor de aquella para ofrecernos un espectáculo más que a la altura que incluso supera a la primera porque sabe muy bien en qué campo está batallando.
La jungla en esta ocasión se cambia por la frondosidad de los bosques inexplorados del Siglo XVIII donde las tribus nativo americanas luchaban por mantener su territorio ante el avance del hombre blanco mientras mantenían sus ancestrales rituales y ceremonias.
La paz se ve interrumpida con la llegada de un ser que ha empezado a dar caza a criaturas más pequeñas hasta que se cruza por el camino de los humanos a los que convertirá en la presa alfa de este nuevo mundo que ha visitado.
Al contrario que el resto de película de Predator en esta la protagonista es una mujer que demuestra ser en lo mejor que sabe hacer y no es matar precisamente. Además permite que empaticemos un poco más con la protagonista y su entorno a pesar de no asemejarse al nuestro por 300 años de historia.
La película no se olvida de la acción, el suspense y el terror. Conjugándolos a la perfección. En una película que nos ha hecho recobrar la fe por la franquicia de Depredador.
La Presa tiene momentos realmente memorables y no se olvida de las películas originales de Depredador porque hay un sin fin de guiños.
Violenta. Con gore. Un Depredador con un nuevo diseño
La música también acompaña y está sutilmente integrada lo que le confiere de una personalidad única y teniendo en cuenta el precedente resulta vigorizante encontrar algo así en la quinta entrega de una franquicia que parecía tocada y hundida.
Depredador: La Presa es una más que digna secuela de la original que incluso supera lo que hizo aquella para ofrecernos una película más intimista, con mucho más poso, permite que disfrutemos de las vistas, de la naturaleza, que conectemos con nuestro yo cazador, recolector y lo hace con una maestría inusitada.
Con una mujer protagonista e integrando en la narrativa a los nativos americanos con alguna que otra sorpresa de por medio.
No diré que vaya a reinventar el género de la ciencia ficción pero sí que creo que va a lograr reinventar la saga de Depredador y era algo tan simple como ir a la base y a partir de ahí contar una historia con sentido propio que permita mostrarnos a una persona humana evolucionar y cómo logra enfrentarse contra el depredador.
Porque las películas de Depredador todos sabíamos lo que eran y en esta arriesgan por ofrecer algo nuevo cortado por el mismo patrón y han salido más que airoso recuperando los elementos más icónicos de la saga cinematográfica.
Es una película que homenajea la primera Depredador pero aporta algo nuevo. Frescura. La protagonista. El entorno por el que se mueve. La época. Los giros.
Y no se olvida de las secuelas de Predator porque hay un guiño muy curioso a Predator 2 que sólo pillarán los más cafeteros de la saga. Pero digamos que cierra el círculo.
Y aunque el CGI da el cante. Mejor eso que saber que no usaron animales de verdad para lo que nos contaron y no herir demasiadas sensibilidades y menos cuando hablamos de una película que aborda la naturaleza como si fuera un personaje más.
Depredador: La Presa sin duda alguna se ha convertido en mi preferida de la saga de Depredador.
Y definitivamente se ha convertido en la mejor secuela de Predator. Ha costado más de treinta años pero por fin podemos respirar tranquilos y dormir con la pierna suelta sabiendo que el futuro de la franquicia aún puede reconducirse con acierto.
1. PREDATOR (1987)
Y en primer lugar. Cómo no. Tenemos Predator. Un clásico del cine de la ciencia ficción que a pesar del tiempo llovido. Sigue marcando tendencia.
Depredador de John McTiernan conjugó el terror, la ciencia ficción y la acción para ofrecernos una película única en su especie. Una película que hizo historia en el cine.
Arnold Schwarzenegger se convirtió en el arma de matar definitiva cuando se vio obligado a enfrentarse contra el depredador venido desde el espacio que usó la jungla para su singular cacería de humanos.
Predator es una película memorable a la que el tiempo no le ha pasado factura.
Una oda del cine ochentero sobrecargado de testosterona pero con el añadido de un ser venido de otro mundo que se encargaría de dejar claro que no por tenerla más grande significa nada más allá de las estrellas.
En la película nos presentaron un grupo de asalto involucrado en una misión en una jungla sudamericana cuando son asaltados por un misterioso ser que les da caza.
A lo largo del metraje supieron jugar con la tensión, el suspense y el terror para crear un clímax perfecto cuando el Depredador hace acto de presencia.
Durante la película vemos como caen todos y cada uno de los protagonistas menos Arnold Schwarzenegger, pero al menos se presentan personajes que podrían haber dado más de sí.
La acción de la película acompaña en todo el momento al metraje y está muy bien ejecutada. Todo está milimétricamente pensado para llegar al final donde se enfrentan Arnold contra el Depredador dejando claro que con la raza humana no se juega.
Depredador es un clásico del cine de ciencia ficción que supo barajar de manera perfecta sus cartas y ofrecernos una película que rompía y zarandeaba el género de acción de los 80 y añadía el terror en forma de Depredador de una forma magistral.
¿Cómo olvidar la terrorífica criatura diseñada por Stan Winston? ¿La banda sonora de Alan Silvestri? Lo es todo.
Predator marcó un antes y un después dentro del cine ochentero y no fue para menos porque logró subvertir las reglas a la vez que las criticaba de forma nada sutil en un cóctel explosivo que cambió para siempre la forma que veíamos el cine. De diez.
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